La Fundación BBVA premió al profesor japonés Takeo Kanade, pionero científico de la "visión artificial" en la que se basan los robots y de las tecnologías que han permitido la fabricación de vehículos -coches, helicópteros o drones- capaces de orientarse de forma autónoma.
El jurado del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Tecnologías de la Información y la Comunicación dio este miércoles a conocer el nombre del ganador, que recayó en Takeo Kanade por desarrollar los fundamentos matemáticos en los que se basan las capacidades que poseen en la actualidad los ordenadores y los robots para comprender e interpretar imágenes y escenas visuales.
A juicio del jurado, si hoy existen vehículos capaces de conducir de forma autónoma, robots que asisten a los cirujanos en toda clase de operaciones, sistemas de reconocimiento facial con los que acceder a los teléfonos móviles y retransmisiones deportivas que permiten disfrutar de la repetición de las mejores jugadas desde múltiples ángulos, se debe en buena medida a las contribuciones de este investigador japonés, catedrático de Informática y Robótica de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, Estados Unidos.
Kanade revolucionó el campo de la visión artificial en tres dimensiones, al desarrollar algoritmos mucho más rápidos que los que existían hasta entonces y posibilitando, por tanto, un gran número de aplicaciones prácticas.
Al igual que las personas y los animales necesitan dos ojos para tener información de profundidad, la visión artificial en tres dimensiones solo es posible si se integran las imágenes procedentes de al menos dos cámaras, pero los primeros algoritmos de visión artificial estaban pensados para procesar una sola imagen, y aplicarlos para integrar varias imágenes era un proceso demasiado lento como para utilizarse en la práctica.
Junto con el investigador Bruce Lucas, el profesor Kanade desarrolló un nuevo método para estimar el flujo óptico que presentó en el VII Congreso Internacional Conjunto de Inteligencia Artificial (IJCAI), celebrado en 1981 en Vancouver, Canadá. El método, que desde entonces se conoce como método de "Lucas-Kanade", capta también las formas de los objetos y permite deducir la velocidad y dirección de su movimiento.
Las imágenes tridimensionales requieren una capacidad de computación mucho mayor que las de dos dimensiones, y Kanade también desarrolló una manera de simplificar drásticamente los cálculos que debe realizar el ordenador para procesarlas.
Esta contribución, realizada junto con el científico Carlo Tomasi y publicada en 1992, hizo factible que los ordenadores de la época empezaran a trabajar con imágenes tridimensionales. Gracias a las técnicas que propuso Kanade, en 1995 dos investigadores de la Universidad de Carnegie Mellon recorrieron Estados Unidos de costa a costa por autopista en uno de los primeros vehículos autónomos que se han construido, accionando manualmente el acelerador y el freno, pero sin apenas tocar el volante.
El programa, al que llamaron "No Hands Across America" ("Cruzar América Sin Manos"), demostró que aquella furgoneta podía guiarse sola, empleando solo la información de sus cámaras.