La economía boliviana ha experimentado un crecimiento moderado del 1,26% anual en promedio durante los últimos cinco años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), procesados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Este comportamiento económico refleja un panorama de desaceleración en comparación con periodos anteriores, afectado principalmente por la pandemia y otros factores estructurales.
En 2023, sin embargo, el crecimiento económico del país alcanzó un 3,1%, superando las expectativas de organismos internacionales que preveían un aumento más bajo. Este incremento estuvo impulsado por el crecimiento de la demanda interna, que alcanzó un 4,7%, mientras que la demanda externa registró una contracción del 1,62%. A pesar de este repunte, el crecimiento del 3,1% sigue siendo inferior a las proyecciones del Gobierno, que estimaba una recuperación más sólida.
El PIB per cápita
El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de Bolivia también mostró una mejora, alcanzando los 3.796 dólares en 2023, lo que supone un aumento de 44 dólares respecto al año anterior. Este incremento, aunque positivo, sigue siendo modesto en comparación con otros países de la región.
El crecimiento económico de 2023 estuvo liderado por sectores clave como los servicios, electricidad, gas y agua, así como el sector de la construcción, que mostró signos de recuperación. Entre los departamentos con mayor aporte al crecimiento nacional se encuentran Oruro, Chuquisaca, Beni y Santa Cruz, los cuales destacaron por su dinamismo económico.
Bajo crecimiento
Según Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, “si bien Bolivia ha registrado un crecimiento interanual promedio del 1,26% en los últimos cinco años, esta cifra es indicativa de una desaceleración sostenida”. Romero explica que, a pesar del repunte en 2021 tras la pandemia, el crecimiento no ha alcanzado los niveles esperados, y las proyecciones para 2024, estimadas en un 3,71%, parecen poco realistas debido a las dificultades fiscales que enfrenta el país.
El panorama económico de Bolivia sigue marcado por desafíos estructurales y fiscales que limitan su capacidad de crecimiento sostenido. A pesar de los esfuerzos por estimular la demanda interna y promover la inversión, el país aún enfrenta barreras que impiden una recuperación más robusta y equilibrada, dijo.