La producción agrícola en Bolivia sufrió una drástica caída del 17 por ciento en 2024, de acuerdo con un informe presentado por la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO). El presidente de la institución, José Luis Farah, calificó el año como “crítico” y advirtió que esta crisis pone en grave riesgo la seguridad alimentaria del país. “La crisis no es un anuncio, es una realidad”, afirmó Farah durante la presentación del balance anual del sector.
Farah detalló que los principales obstáculos que enfrenta el agro boliviano incluyen la escasez de diésel, los bloqueos de carreteras, los avasallamientos de tierras, el contrabando de productos agrícolas y las restricciones al uso de biotecnología. Según el informe, estos problemas han limitado severamente la productividad y la competitividad del sector.
Aunque estas dificultades no son nuevas, se han intensificado durante las últimas dos décadas. “La falta de apoyo gubernamental y la ausencia de políticas efectivas para el desarrollo del agro están empujando a muchos productores al borde del abandono”, señaló Farah.
El contrabando, el encarecimiento de los insumos agrícolas y las restricciones tecnológicas figuran entre los factores estructurales que profundizan la crisis. Estos desafíos, advirtió el titular de la CAO, podrían provocar un colapso en la capacidad de producción alimentaria si no se toman medidas inmediatas.
El presidente de la CAO enfatizó que la atención inmediata a los problemas estructurales del agro es indispensable para evitar una crisis aún más severa en el futuro cercano.