La imagen del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia, y del seleccionador argentino, Lionel Scaloni, reunidos en Buenos Aires, calmó los nervios de la afición albiceleste ante la posible salida del técnico campeón en Catar 2022.
Los seguidores argentinos respiran tranquilos tras la publicación de una fotografía de ambos sonriendo en la cuenta de X de “Chiqui” Tapia y la frase: “Que bueno fue verte, Gringo (sic)” (seudónimo futbolístico del entrenador).
La tensión surgió, en noviembre pasado, cuando unas sorprendentes palabras del seleccionador, tras la victoria histórica por 0-1 en Maracaná ante Brasil, hicieron saltar las alarmas en el país campeón del mundo.
“No es un adiós ni otra cosa pero necesito pensar porque la vara está muy alta y está complicado seguir”, declaró Scaloni.
Ni los jugadores ni el cuerpo técnico ni por supuesto el dirigente federativo esperaban tales palabras, y el desgaste y descontento que parecía sufrir el de Pujato sorprendieron a toda la expedición argentina.
Las siguientes semanas estuvieron llenas de incógnitas en torno al banquillo argentino. Todos coinciden en que el origen del malestar no se debe a la plantilla o al cuerpo técnico, sino a la relación con la directiva de la AFA.