Con su pasión, determinación y empatía, demostró que una idea bien ejecutada puede cambiar vidas. Nicole Guerrero Ruiz es una joven visionaria, administradora de empresas y presidenta del primer Banco de Alimentos de Bolivia. Con más de ocho años de experiencia en la gestión de proyectos de impacto social y ambiental, participó como expositora en más de 50 conferencias sobre liderazgo, emprendimiento, equidad de género y sistemas sostenibles.
Su destacada trayectoria fue reconocida tanto a nivel nacional como internacional por diversas instituciones. Con un equipo de trabajo altamente profesional y comprometido, el Banco de Alimentos redistribuye mensualmente más de 60.000 kg de alimentos, beneficiando a más de 30 mil personas y animales en todo el país.
Nicole se describe como una persona visionaria, decidida, empática, estructurada y ordenada, características que la han llevado a liderar con éxito el Banco de Alimentos. “No me quedo mucho con palabras, soy de ejecutar y aterrizar ideas. Siempre hago las cosas, a veces con miedo, pero no dejo de empujarme constantemente para avanzar en lo que creo, en lo que me gusta hacer y en lo que estoy decidida a hacer”, afirma.
En su tiempo libre, encuentra un balance entre su exigente labor y actividades que le apasionan, como el yoga, la pintura, el baile y salir con amigos. Pero su motor principal son sus padres, quienes, menciona, son sus modelos a seguir y una fuente constante de apoyo e inspiración. “Están muy presentes y son quienes apoyaron mi carrera desde el inicio”, señala.
UNA SOLUCIÓN DE DOBLE IMPACTO
Impulsada por su misión de vida, “desarrollar sistemas que puedan ser sostenibles y que puedan contribuir a tener un mejor país”, en 2018, Nicole y su compañero de clase, Jheysson Cruz, decidieron fundar el primer y único Banco de Alimentos de Bolivia para combatir el hambre y el desperdicio. Tras seis meses de investigación, concluyeron que el 15 por ciento de los alimentos en Bolivia se desperdician, mientras el 19,8 por ciento de la población estaba subalimentada.
El 7 de julio de 2018, realizaron su primera colecta y recolectaron 87 kg de frutas y verduras para niños de la Asociación Villa Libertad. Actualmente, esta organización sin fines de lucro atiende a más de 28.500 personas con un modelo sostenible, contando con aliados clave, empresas y una comunidad de voluntarios comprometidos.
“Recolectamos excedentes de alimentos en perfecto estado, que ya no cumplen estándares de comercialización, y los redistribuimos a organizaciones que atienden a poblaciones vulnerables”, explica. Remarca que esta solución es de doble impacto porque ataca al tema de medioambiente y la parte social.
Los alimentos provienen de diversos sectores, como supermercados, mercados mayoristas, industrias y productores agrícolas. “Recolectamos todos los productos que ya no cumplen estándares de calidad y que ya no se van a comercializar, pero que en temas de inocuidad están en perfecto estado”, remarca. La logística abarca todo el país, con operaciones principales en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Además, ponen especial énfasis en ayudar a la niñez, con prioridad en centros de acogida.
EL PAPEL DE LOS VOLUNTARIOS
El trabajo del Banco de Alimentos no sería posible sin la colaboración de voluntarios y donadores. Nicole destaca que semanalmente cuentan con cerca de 100 personas que contribuyen a la logística, desde estudiantes hasta profesionales de diversas áreas. “Ellos son fundamentales para cumplir nuestras metas. Sin su esfuerzo, no podríamos mover tantos alimentos ni cumplir las metas trazadas”, asegura.
Para quienes deseen unirse, Nicole invita a visitar sus redes sociales, donde constantemente publican oportunidades para voluntarios y donantes. “Es un espacio donde no solo se contribuye, sino que también se aprende y se forma parte de algo más grande”, afirma.
INSPIRACIÓN PARA UN PAÍS MEJOR
“Al principio pensaba que estaría en el Banco de Alimentos solo unos años, pero ahora me veo involucrada en este proyecto durante décadas. Es parte de mi misión de vida contribuir a que haya menos hambre en mi país”, asegura Nicole.
Su mensaje para quienes tienen el poder de cambiar la realidad del hambre en Bolivia es que “no hay un momento ideal para actuar, el momento es ahora. Los invito a emprender, a ejecutar sus ideas y a unirse a iniciativas como esta, porque la necesidad es inmensa y cada granito de arena cuenta”.
Nicole espera ser recordada como alguien que contagió su pasión por ayudar a su país y motivó a otros a unirse a causas sociales. “Mi deseo es que más personas se sumen a estas iniciativas, que vean que es posible generar un impacto positivo y que juntos podamos construir un país más justo y solidario”, concluye.
La historia de Nicole Guerrero es un ejemplo de cómo la determinación, combinada con empatía y acción, puede cambiar vidas. Su trabajo en el Banco de Alimentos inspira a una nueva generación de bolivianos a tomar acción. ¿Qué harías tú para ser parte del cambio?
Sepa más
El Banco de Alimentos de Bolivia es el primero y único del país. Es una institución sin fines de lucro que se dedica a recolectar los excedentes de alimentos que se generan en distintas etapas de la cadena alimentaria para su posterior redistribución a organizaciones que atienden a poblaciones vulnerables. Su misión es evitar el desperdicio de alimentos y ayudar al que padece inseguridad alimentaria.
¿Quiénes donan los alimentos?
Empresas, comerciantes, personas naturales y productores realizan donaciones de alimentos, principalmente productos que han perdido su utilidad comercial, debido a que ya no cumplen con los estándares de calidad correspondientes, pero se encuentran en perfecto estado para el consumo. Este tipo de alimentos suele presentar alguna falla estética, defectos en el envase o simplemente tener una fecha de vencimiento próxima, generalmente entre 5 y 15 días de vida útil.
¿Qué tipo de alimentos reciben?
Alimentos perecederos como no perecederos, ya que disponen de un almacén debidamente equipado para su selección, clasificación y almacenamiento. Es importante destacar que no aceptan alimentos que hayan sobrepasado su fecha de vencimiento, garantizando así la seguridad de los productos que distribuyen.
¿Cómo ayudar?
Se puede ayudar mediante la donación de alimentos, aportes económicos o dedicando tu tiempo como voluntario para beneficiar a comedores populares, asilos, refugios de animales, refugios para personas en situación de vulnerabilidad, casas de acogida y comunidades.