El Día Internacional de la Mujer busca reivindicar la lucha de las mujeres por la igualdad y el respeto a los derechos en las mismas condiciones para todas las personas.
Muchas veces estas consideraciones no se respetan en distintos ámbitos, pero sobre todo en los espacios que usualmente eran ocupados por hombres y que de una u otra manera actualmente también cuentan con la presencia femenina.
Doble Click aprovechó este día y recogió los testimonios de tres mujeres en diferentes ámbitos cotidianos que aún luchan por la igualdad, por el respeto a sus decisiones y para que se consideres sus conocimientos como base para el ejercicio de sus profesiones y oficios.
Daniela Gutiérrez es conductora del Tren Metropolitano en Cochabamba. Ejerce esa función desde el inicio de operaciones y aún ve algunas observaciones a su labor.
“El principal desafío es tratar de incluir a mujeres en diferentes trabajos; antes eran más varones en el área de conducción, pero ahora se ve a mujeres manejando tractores, cisternas y otros”, afirmó.
Gutiérrez contó que, en la institución a la que pertenece, sus compañeros la han acompañado y la han tratado de incluir; sin embargo, ve que el desafío va también por parte de cada una, por lo que se puede seguir buscando nuevos horizontes.
“A mi familia me ha caído de asombro, no me creían que iba a ser conductora del tren, pero luego han visto que empecé a hacer mi trabajo”, recordó.
La profesional reveló que, pese a que muchas mujeres se desenvuelven en espacios distintos, en el contexto social aún permanecen los estereotipos que consideran que las mujeres no pueden cumplir con algunos roles en trabajos considerados sólo para hombres.
“En las redes sociales hacen comentarios, juzgan a las personas sin conocer lo que ha pasado. Quienes me conocen saben cómo trabajo, ven el empeño y el esfuerzo en lo que hago”, completó.
En las calles
Ahora es muy común ver que en el transporte público hay mujeres que conducen en diferentes líneas.
No es una novedad, pero aún hay aspectos que deben cuidar para evitar se víctimas de robos u otros peligros.
Julia conduce un vehículo que transita por toda la ciudad de Cochabamba, recorre las vías principales y día a día transporta a miles de personas.
Madre de seis hijos, cumple con su trabajo desde las 5 de la mañana y lo culmina alrededor de las 6 de la tarde porque “hay que tener cuidado”.
Es chofer de la línea desde hace ocho años. Decidió ingresar a trabajar porque contaba con capital para invertir y vio una oportunidad.
No se considera una pionera en el ámbito; sin embargo, por el tiempo que lleva conduciendo en el transporte público, es probablemente una de las primeras mujeres que optó por este trabajo.
En el fútbol
Para muchas personas, el fútbol sigue siendo considerado como un deporte masculino; sin embargo, desde que existe un Mundial de la categoría, ya no se puede dejar de lado a las mujeres que incursionan directa o indirectamente en este ámbito.
Marcela Callejas es una de ellas. Actualmente cumple sus funciones como presidenta de la División Femenina de la Asociación de Fútbol Cochabamba (AFC) y sostiene que pese a que su labor se enmarca en las normativas y estatutos, en algunos casos no agrada.
Con 42 años, tres hijos y casada, Callejas enfrenta reuniones del ente asociacionista en la que participan los presidentes de los clubes y categorías, que en su mayoría son hombres.
“Hay cosas que no te aceptan, no están de acuerdo. A nosotras nos gusta hacer las cosas correctas, no me gustan los dices, trato de que lo que se queda se cumpla. Me he sentido protegida y apoyada en las decisiones que tomaba porque tenía el fundamento de que era lo correcto”, contó sobre algunas determinaciones que se definen.
Sin embargo, más allá de las observaciones que pueda causar la determinación que tiene Callejas, también pasa por las consideraciones de algunos directivos que llegan a sugerir menos tiempo de juego para las categorías femeninas.
Lejos de destacar el trabajo que ha hecho con el impulso a la categoría femenina, Callejas destaca la fortaleza de muchas mujeres que se dan tiempo de atender a sus familias, sus hogares, pero también sacan tiempo para entrenar y para competir.
“Ellas le ponen ganas, quiero que se valore que las mujeres tienen muchas funciones, y encima entrenan, juegan, salen lesionadas, pero siguen haciendo sus actividades. Sé que los varones trabajan, pero, en cuestión a funciones, las mujeres parecemos los pulpos”, señaló.
Si bien aún se mantienen algunos estereotipos, las reivindicaciones continúan, los espacios siguen abriéndose y, en muchos casos, son las mujeres quienes los abren para ocuparlos.
La igualdad de derechos no pasa únicamente por exigirlos, sino también por la empatía que puede surgir en los hombres para acompañar a sus esposas, hermanas e hijas hacia un futuro donde prime la equidad e igualdad en las oportunidades, espacios y el cumplimiento de los derechos.