El museo de la cueva española de Altamira acogerá hasta marzo una muestra del arte rupestre de Roboré, yacimiento del oriente de Bolivia conocido por sus pinturas y grabados, zona que fue ocupada por el hombre desde hace 5.000 años de manera estacional, cerca de pozos o cascadas de agua.
La exposición temporal, abierta ayer, lleva el título de “Una visión indígena del mundo”.
Tiene como protagonista a esta zona boliviana conocida por sus iglesias jesuíticas, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y donde se han identificado hasta la fecha unos 100 sitios de arte rupestre.
Los vestigios atestiguan el paso de varias etnias por la zona a lo largo de miles de años, que dejaron escenas y composiciones, en su mayor parte pinturas de color rojo, con frecuentes superposiciones.
Las muestras se agrupan en dos tradiciones diferentes: por un lado, representaciones geométricas o abstractas (puntos, líneas, redes, rombos, círculos...) y, por el otro, escenas de la vida diaria (caza, guerra, danza, familias...) con figuras esquemáticas o naturalistas de personas.
También, se observan manos, una gran diversidad de figuras zoomorfas, algunos árboles y otros vegetales, informó el Museo de Altamira este martes en un comunicado.
La muestra es parte de la serie de exposiciones que el museo organiza por sexto año consecutivo sobre el arte rupestre de varias partes
del mundo.