Los cambios radicales de temperatura, los fenómenos climáticos que afectan a zonas que nunca antes se habían sido devastadas y las sorprendentes modificaciones en las estaciones del año hacen que muchas personas piensen que el daño a la naturaleza es irreversible. Surgen este tipo de cuestionamientos cuando aparecen indicios poco claros sobre algunos fenómenos inexplicables.
En las últimas semanas, el panorama meteorológico en el océano que se extiende entre la Antártida y el sur de África se ha convertido en el foco de atención. Meteorólogos y algunos entusiastas y teóricos de la conspiración online han comenzado a analizar sucesos registrados por plataformas que muestran el comportamiento del clima.
La detección de anomalías de olas significativas por parte de Ventusky, una aplicación desarrollada por la empresa checa InMeteo, es lo que ha desatado preocupación, teorías conspirativas y ha dejado en evidencia que podrían estar suscitando anomalías de las que se conoce poco.
Este evento en particular ha capturado la imaginación del público por segunda vez en menos de un mes, con detectores de olas anómalas que han registrado alturas de más de 80 pies.
El primer incidente se registró el 10 de abril, cuando la aplicación de seguimiento meteorológico reportó por primera vez un comportamiento inusual en la superficie marina en la mencionada región, según algunos científicos. Esta peculiaridad desató una serie de especulaciones en línea, abriendo el debate entre explicaciones científicas y teorías más extravagantes, incluidas algunas que sugerían intervenciones extraterrestres.
La respuesta oficial de Ventusky y otros científicos, no obstante, fue mucho más terrenal. David Prantl, portavoz de la compañía, explicó a medios como Newsweek que la aparición de esta misteriosa mancha no era más que el resultado de un error en el modelo de datos utilizado por la aplicación. Ventusky se nutre de información en tiempo real proporcionada por entidades reconocidas como la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, pero, esta vez, un fallo proveniente del Servicio Meteorológico Nacional de Alemania, uno de sus proveedores, había distorsionado los resultados.
Sin embargo, la historia no terminó allí. El 25 de abril, una nueva anomalía hizo su aparición en el mapa meteorológico. Esta vez, la forma detectada se describió como una media luna, en contraste con la figura sólida y redonda observada anteriormente. Durante las 24 horas siguientes, la anomalía pareció expandirse y difuminarse a medida que se desplazaba hacia el norte.
Una vez más, Prantl se apresuró a clarificar que la anomalía resultaba del mismo error previamente identificado. A pesar de la implementación de un segundo modelo que confirmaba que no existía tal anomalía y que todo estaba en orden en la región, el escepticismo entre los observadores no se disipó.
Científicos estudian esta anomalía
Los “detectives de Internet” y científicos, como se han llamado a sí mismos, han inundado plataformas como YouTube, TikTok y X con sus interpretaciones y teorías. Un video publicado en la cuenta de YouTube In2ThinAir expresaba dudas sobre la explicación oficial, proponiendo en cambio que podría tratarse de “una especie de pulso de energía, un arma de tipo frecuencial”. En TikTok, un video destacó cómo las olas en el centro de la media luna parecían moverse en diferentes direcciones, lo que llevó a su creador a especular sobre posibles causas subacuáticas, como un objeto que hubiese caído o incluso implosionado.
La respuesta de Ventusky no se hizo esperar. A través de X, la plataforma intentó disipar los mitos, enfatizando la naturaleza errónea de las anomalías y proponiendo incrementar el número de fuentes de datos como solución para reforzar la credibilidad de su información. “Un número significativo de personas todavía no cree que las olas gigantes frente a África hayan sido simplemente un error y prefieren las teorías ovni”, publicaron desde la compañía.
Este episodio ilustra para los científicos no sólo los desafíos técnicos inherentes a la modelización meteorológica a gran escala, sino también el poder del internet para fomentar narrativas alternativas como otra anomalía encontrada hace unos años en el mar Báltico, a menudo alimentadas por la falta de información clara o simplemente por la desconfianza en las explicaciones oficiales. A medida que avanzamos en la era digital, eventos como éstos destacan la importancia de la transparencia y la comunicación efectiva en la gestión de información pública y científica, especialmente en situaciones que captan la atención global tan rápidamente.
Mientras Ventusky y sus colaboradores científicos trabajan para corregir estos fallos y mejorar la precisión de sus datos, la comunidad online, por su parte, sigue vigilante, demostrando una vez más que el clima y su estudio pueden generar tanto tormentas reales como digitales.
El falso fenómeno
Ante tales versiones, el meteorólogo José Martín Cortés, de Meteored México, explicó a El Heraldo de México qué es en realidad la llamada “Anomalía de Ventusky”. Es un “error de modelo, simple lógica, pero también hablando técnicamente. Desafortunadamente gente sin estudios que ama el amarillismo y ‘likes’ lo publica llamando la atención… nada de qué preocuparse”, asegura.
El licenciado en Ciencias Atmosféricas en la Universidad Veracruzana señaló que este falso fenómeno es “como cuando (Jaime) Maussan publicó un error de radar diciendo que era un portal de ovnis”.
Le atribuyen algunos desastres
Como parte de las teorías de conspiración, algunos han llegado a señalar que las manchas que aparecieron en el océano Atlántico podrían ser las causantes de los desastres naturales que se han suscitado en algunas regiones de Sudamérica y África.
La difusión de la mancha o “anomalía de Ventusky” ha alimentado a los fanáticos de las teorías de la conspiración que buscaron una respuesta al falso fenómeno en unas enormes olas que acontecieron en Sudáfrica el 25 de abril pasado, cuando supuestamente fue vista la mancha por segunda vez.
Fue tal la expectativa que la mancha generó que la aplicación Ventusky tuvo que salir a explicar a sus seguidores y frenar las especulaciones.
De acuerdo a las fechas también se atribuyen las fuertes lluvias caídas en Brasil y que afectaron a varias regiones, dejando a miles de personas fuera de sus hogares.
Las teorías alrededor de las manchas
Hay varias teorías en torno a la mancha violeta. Algunos sugieren que podría ser una nueva isla a punto de emerger, mientras que otros creen que podría ser un desprendimiento de un gran trozo de iceberg en la zona. También se ha planteado la posibilidad de que sea la presencia de un volcán en la zona.
Un grupo más conspirativo propone una teoría menos plausible: que el fenómeno es la bestia Leviatán, un dragón marino mencionado en la Biblia.
Otras teorías sugieren que el fenómeno observado por los radares de Ventusky podría ser resultado de movimientos electromagnéticos no procesados correctamente, lo que ha causado confusión en los sistemas.