Mas allá de su impacto mediático, el caso Pelicot —cuyo juicio concluyó ayer en Aviñón, Francia, con sentencias de prisión para los 51 condenados por violación a la esposa de uno de ellos— motiva reflexiones acerca de este tipo de sucesos y la manera como la sociedad los percibe.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
La humareda de dinamitazos y pirotecnia, física y discursiva, desplegada por el evismo en su avance hacia La Paz (una pequeña “Marcha sobre Roma” del Mussolini del Chapare), quizás nos esté distrayendo de ciertos movimientos profundos, desplazamientos de placas tectónicas que van teniendo lugar al interior del partido de gobierno, sobre todo a medida que las opciones presidenciales más obvias del oficialismo se desgastan mutuamente y comienzan a surgir terceras y cuartas alternativas.
La humareda de dinamitazos y pirotecnia, física y discursiva, desplegada por el evismo en su avance hacia La Paz (una pequeña “Marcha sobre Roma” del Mussolini del Chapare), quizás nos esté distrayendo de ciertos movimientos profundos, desplazamientos de placas tectónicas que van teniendo lugar al interior del partido de gobierno, sobre todo a medida que las opciones presidenciales más obvias del oficialismo se desgastan mutuamente y comienzan a surgir terceras y cuartas alternativas.
RONNIE PIÉROLA GÓMEZ
El griego Esopo escribió esta conocida fábula en la llamada Época Clásica, tiempo comprendido entre la revuelta de Jonia y el reinado de Alejandro Magno, vale decir cinco o cuatro siglos antes de Cristo. Por aquel entonces, Esopo no imaginó que aquel imaginativo relato podría ser útil para analizar algo tan complejo como la economía y el destino de un país.
El griego Esopo escribió esta conocida fábula en la llamada Época Clásica, tiempo comprendido entre la revuelta de Jonia y el reinado de Alejandro Magno, vale decir cinco o cuatro siglos antes de Cristo. Por aquel entonces, Esopo no imaginó que aquel imaginativo relato podría ser útil para analizar algo tan complejo como la economía y el destino de un país.
CARLOS DERPIC SALAZAR
El 21 de agosto de 1986 dio inicio la “Marcha por la Vida” convocada por la entonces poderosa y genuina Central Obrera boliviana (COB), para impedir la continuidad de la política económica neoliberal del gobierno del MNR presidido por Víctor Paz Estenssoro, en aquella ocasión bajo la figura de la denominada “Modificación a la estructura de la Corporación Minera de Bolivia”, plasmada en el D.S. 21377.
El 21 de agosto de 1986 dio inicio la “Marcha por la Vida” convocada por la entonces poderosa y genuina Central Obrera boliviana (COB), para impedir la continuidad de la política económica neoliberal del gobierno del MNR presidido por Víctor Paz Estenssoro, en aquella ocasión bajo la figura de la denominada “Modificación a la estructura de la Corporación Minera de Bolivia”, plasmada en el D.S. 21377.
Aunque ya se ha dicho, vale la pena repetirlo. Las marchas y contramarchas, los cada vez más frecuentes discursos dominicales del presidente —el último ya sin tanto efecto— tienen que ver sólo con la disputa por la candidatura del MAS para las elecciones de 2025: o Luis Arce o Evo Morales, esa es la cuestión.
Aunque ya se ha dicho, vale la pena repetirlo. Las marchas y contramarchas, los cada vez más frecuentes discursos dominicales del presidente —el último ya sin tanto efecto— tienen que ver sólo con la disputa por la candidatura del MAS para las elecciones de 2025: o Luis Arce o Evo Morales, esa es la cuestión.