Mas allá de su impacto mediático, el caso Pelicot —cuyo juicio concluyó ayer en Aviñón, Francia, con sentencias de prisión para los 51 condenados por violación a la esposa de uno de ellos— motiva reflexiones acerca de este tipo de sucesos y la manera como la sociedad los percibe.
GONZALO MENDIETA ROMERO
Por nuestra tormentosa historia, nuestros abuelos repetían que “en todas partes se cuecen habas (un refrán castellano clásico), pero en Bolivia solo se cuecen habas”. De una manera resignada y, a la vez, pícara y campesina, transmitían así que en todo el globo se presentan líos políticos intrincados y extravagancias en la vida pública, pero solo en Bolivia son la regla, o eso creemos.
Por nuestra tormentosa historia, nuestros abuelos repetían que “en todas partes se cuecen habas (un refrán castellano clásico), pero en Bolivia solo se cuecen habas”. De una manera resignada y, a la vez, pícara y campesina, transmitían así que en todo el globo se presentan líos políticos intrincados y extravagancias en la vida pública, pero solo en Bolivia son la regla, o eso creemos.
En el vasto cielo del mundo la industria aeronáutica moviliza carga por miles de toneladas en tiempo récord y millones de pasajeros, quienes ya saben que la forma más segura y rápida es por medio de la aviación que los lleva de un continente a otro en horas, lo que antes tomaba meses y costos altos.
Hoy tres gigantes empresas se disputan el liderazgo mundial en la fabricación de aeronaves de pasajeros y aviones de carga y de combate. Estos son:
En el vasto cielo del mundo la industria aeronáutica moviliza carga por miles de toneladas en tiempo récord y millones de pasajeros, quienes ya saben que la forma más segura y rápida es por medio de la aviación que los lleva de un continente a otro en horas, lo que antes tomaba meses y costos altos.
Hoy tres gigantes empresas se disputan el liderazgo mundial en la fabricación de aeronaves de pasajeros y aviones de carga y de combate. Estos son:
JAVIER VISCARRA VALDIVIA
Tras casi dos décadas de una relación diplomática marcada por la frialdad, la desconfianza y la inercia, el gobierno boliviano observa con disimulado interés la elección de este martes en Estados Unidos, donde más de 168 millones de personas elegirán al próximo presidente, el número 47 en su historia. La pregunta central es inevitable: ¿quién de los dos candidatos, Donald Trump o Kamala Harris, resulta más conveniente para los intereses bolivianos?
Tras casi dos décadas de una relación diplomática marcada por la frialdad, la desconfianza y la inercia, el gobierno boliviano observa con disimulado interés la elección de este martes en Estados Unidos, donde más de 168 millones de personas elegirán al próximo presidente, el número 47 en su historia. La pregunta central es inevitable: ¿quién de los dos candidatos, Donald Trump o Kamala Harris, resulta más conveniente para los intereses bolivianos?
RONNIE PIÉROLA GÓMEZ
Seguramente más de uno de ustedes recordará al Evo Morales que ganó su primera elección en 2005, un hombre de tez morena que con el mismo suéter visitó al rey de España y paseó gran parte de Europa, un personaje que parecía cumplir el “sueño boliviano”, sueño que con el tiempo se convirtió en pesadilla.
Seguramente más de uno de ustedes recordará al Evo Morales que ganó su primera elección en 2005, un hombre de tez morena que con el mismo suéter visitó al rey de España y paseó gran parte de Europa, un personaje que parecía cumplir el “sueño boliviano”, sueño que con el tiempo se convirtió en pesadilla.