Texto y fotos: David Flores Saavedra
El ayllu de la comunidad de San Pedro de Macha, en Potosí, se caracteriza por la gran cantidad de niños que participan activamente en la Fiesta de la Cruz, también conocida como el Tinku de Macha, que se celebra cada 3 y 4 de mayo.
Al ser una región donde se intenta mantener las tradiciones, las fiestas son encabezadas por los pasantes que se encargan de todo lo que concierne a la celebración, pero de manera única surge la idea de que los hijos figuren como pasantes principales. Esta costumbre se la practica con la intención de garantizar la continuidad de la Fiesta de la Cruz.
Jhadir Emanuel Benavides fue el pasante este año y, junto a su padre, comenta que la fiesta es “un ritual de agradecimiento al señor de Santa Vera Cruz. Es una tradición de nuestros ancestros con todo agradecimiento por la producción que nos da, la cosecha que nosotros recibimos”.
Con base en sus criterios, los niños se convierten en el sostén de su identidad, pues ellos se encargarán de seguir transmitiendo a futuras generaciones sus usos y costumbres de los ayllus. Este es uno de los motivos principales para otorgar la responsabilidad de cargar la imagen del señor de Santa Vera Cruz y ser pasante de toda su comunidad.
Patrimonio
El Tinku de Macha fue declarado patrimonio cultural de Bolivia, es una de las fiestas más importantes de la cultura quechua del Norte de Potosí por sus características particulares. Las comunidades del urinsaya (los de abajo) y aransaya (los de arriba) se enfrentan en combates a puño limpio por honor, rencillas entre ayllus o simplemente por “deporte”; es una simbiosis entre la religión católica y la tradición ancestral del culto a la Pachamama.