muchas veces cuando las adicciones se acentúan y se muestran como un problema a resolver, las principales preguntas que surgen son: ¿había forma de prevenir que una persona se vuelva adicta? o ¿existieron conductas o patrones que indiquen que una persona sea más propensa a las adicciones?
Es posible que las respuestas se encuentren en el camino recorrido por la persona que sufre la adicción, sin embargo, estas preguntas no tienen una respuesta lineal. Para contestarlas, se debe entender a la adicción como un entramado complejo y multicausal en el que intervienen cuestiones tan amplias como la personalidad de cada uno, su entorno familiar, su círculo de amigos y allegados, su autoestima, el estado de su psiquis y su historia de vida en general.
El camino a la adicción
Nadie nace adicto, esto puede parecer una afirmación obvia. Sin embargo, desde pequeños se aprende con los estímulos del entorno, es por ello que, más allá de la explicación literal que puede recibir un niño o adolescente de por qué las drogas no son buenas, es sumamente importante reforzar conceptos positivos a lo largo de su crecimiento para intentar prevenir que caigan en el consumo de drogas.
Estimular su autoestima, inculcarles la importancia de generar proyectos de vida, promover la superación personal, la empatía hacia el otro, demostrarles lo importante que son para sus familiares, amigos y para el prójimo en general.
¿Por qué se pone este punto como una forma de “prevenir” las adicciones? Pues porque hay que considerar que una persona que se siente amada, respetada, que aporta un valor a su comunidad y que sabe que es importante para otros, seguramente pueda desarrollar mejores herramientas a la hora de enfrentarse al consumo de sustancias adictivas o nocivas para su salud.
En otras palabras, si la realidad de una persona es algo que disfruta y la hace feliz, será más difícil que intente evadirla por medio de las drogas. Por el contrario, sentirá rechazo a todo aquello que le haga salir de esa realidad que se ha construido.
A esto se añade que, si una persona pasa tiempo con alguien que no lo valora, que no se preocupa por su bienestar, que solo están con ellos para pasar el rato o por algún tipo de conveniencia, y que hasta los incitan a hacer cosas que pueden ser perjudiciales para su salud, difícilmente se podrá construir lazos fuertes y de contención con el otro.
Por eso, una forma de “prevenir” las adicciones, es siempre intentar construir relaciones sólidas, basadas en el cariño hacia los demás y en querer lo mejor para ese amigo, amiga, pareja o familiar. Procure construir siempre sus relaciones en torno al afecto, la contención, la empatía y alejarse de quien le haga daño.
Existen, además, otros factores que pueden predisponer a las personas a caer en adicciones. Si se conocen, será más fácil detectarlos e intentar prevenirlos o estar alerta ante su aparición.
Personas que sufren de depresión: un gran porcentaje de personas con depresión, tratan de eludirla con diversas sustancias. La ansiedad, el insomnio y la falta de motivación son algunos de los problemas que buscan eliminar con las drogas, lo cual puede volverse un espiral dado que esas mismas sustancias conducen a la exacerbación de los síntomas que se intenta “combatir”.
Determinantes genéticos: esto bajo ningún concepto significa que haya personas que puedan ser adictas por genética, sino que hay personas cuyos organismos son más vulnerables a los efectos de las drogas o las compulsiones.
Necesidad de pertenencia: el querer “pertenecer”, también puede generar cierta predisposición a las drogas. Este tipo de conductas suele verse bastante en la adolescencia, cuando las personas aún están formando su identidad.
Muchas veces, puede suceder que este deseo por ser parte, los lleve a hacer cosas que de otro modo no harían, como, por ejemplo, consumir sustancias.
Además, existen varios factores que pueden llevar a que una persona sea adicta: rasgos de personalidad, inestabilidad emocional (depresión, ansiedad, etc.), falta de contención social, experiencias emocionales traumáticas y conflictos personales.
¿Qué dice la ciencia?
Algunas investigaciones indican que se presentan diferencias en el núcleo accumbens, que es una estructura cerebral que forma parte del sistema de placer y recompensa. Esta parte está implicada en la motivación, la recompensa o el refuerzo conductual. Su papel es integrar la motivación con la acción motora.
El campo de estudio actual parece indicar lo siguiente: una persona es más susceptible a sustancias que crean adicción cuando los receptores de dopamina del núcleo accumbens aumentan la expresión en las células nerviosas que liberan acetilcolina, creando una disminución del nivel de activación celular.
La dopamina es un neurotransmisor que se encuentra en concentraciones muy elevadas en las regiones del cerebro que regulan la motivación y el sentimiento de placer. Esto la convierte en un motivador para el consumo de drogas. Mientras que, en el sistema nervioso central, la acetilcolina se encarga de modular el funcionamiento de diversas neuronas que controlan la motivación, la excitación y la atención, y forma parte del sistema de recompensa de nuestro cerebro.
Una persona es más susceptible a las sustancias que crean adicción cuando los receptores de dopamina del núcleo accumbens aumentan la expresión en las células nerviosas que liberan acetilcolina.
Por tanto, si el funcionamiento cerebral en presencia de dopamina (introducida por las sustancias) determina que aumenten de forma drástica las señales de dopamina en el núcleo accumbens, el deseo de repetir la experiencia y la euforia será mayor en esas personas.
A partir de aquí se puede deducir que las diferencias en el comportamiento del núcleo acumbens en presencia de dopamina son importantes para que una persona sea más propensa a la adicción.
Por otra parte, sobre el determinante genético se apunta que un gen es la unidad funcional de la herencia de los seres vivos. Es considerado como una unidad de almacenamiento de información y de herencia, ya que a través de este se transmite la información a la descendencia.
En el caso de las drogodependencias, el origen es multifactorial, no se puede determinar que la genética sea el determinante causal de que algunas personas sean más propensas a las adicciones. Ahora bien, sí se incluye el factor genético como vulnerabilidad en el inicio, mantenimiento y tipo de sustancia de las conductas adictivas.
Por tanto, la drogodependencia está provocada por la interacción de muchos genes diferentes con los efectos del ambiente. El grado de influencia de la genética en el origen de las drogodependencias puede variar de un 30% a un 70%.
Los estudios se han centrado en el área de la recompensa, porque en todas las adicciones el denominador común es que intervienen los circuitos neuronales sobre los que actúan los efectos reforzadores responsables de impulsar esas conductas. A estas vías neuronales se las conoce como mesolímbicas y utilizan como transmisor la dopamina.
Las sustancias capaces de generar adicción actúan sobre esos circuitos neuronales de la misma forma que los neurotransmisores naturales, es decir, que la dopamina. Así logran producir la satisfacción intensa que estimula a la persona a volver a consumir.
El estudio de estos sistemas de neurotransmisión y las alteraciones genéticas que presentan en personas con adicción van sugiriendo que algunas, por herencia genética, resultan más vulnerables.
Protectores frente a las adicciones
Una buena red de apoyo familiar y personal, unida a una buena calidad de las relaciones, actuará de factor protector frente a las adicciones.
Así que se puede decir que el desarrollo vital y las relaciones personales pueden actuar como un factor de vulnerabilidad o de protección ante el desarrollo y mantenimiento de conductas adictivas.
decisión
¿Cuándo una persona debe ser ingresada en un centro de desintoxicación?
- El momento en que las relaciones familiares, laborales y sociales se deterioran de manera objetiva
- Cuando aparece deterioro físico o psicológico
- Cuando tras repetidos intentos de dejar la conducta adictiva vuelve a aparecer la falta de control del ansia por consumir o realizar la conducta
- Cuando se ha intentado de forma ambulatoria durante tres o cuatros meses y no se consigue abandonar la adicción