Nuevamente, en menos de nueve meses, el Instituto de Educación Integral y Formación Artística Eduardo Laredo de Cochabamba tuvo que movilizarse para hacer valer su calidad excepcional. Esta vez se trataba de la designación de dos autoridades sin cumplir con el reglamento específico de la institución.
Padres de familia, docentes y exalumnos del Laredo, apoyados por representantes de instituciones locales y otras personalidades, consiguieron la anulación de las cuestionadas designaciones, además de un acuerdo que apunta a avanzar en la consolidación de las condiciones particulares de existencia del Instituto Laredo.
Y es que el Laredo, “Patrimonio Cultural e Inmaterial de Bolivia” —declarado como tal, en 2011, por una ley del Estado Plurinacional— merece una atención particular de las autoridades gubernamentales para fortalecerlo institucionalmente y ampliar sus alcances.
Reconocido por el Parlamento Andino, mediante una resolución de 2021, como un “Referente del Patrimonio Cultural y Educativo” en los cuatro países que integran la Comunidad Andina, el Instituto Laredo es también “Patrimonio Cultural Inmaterial y Educativo” de Cochabamba, declarado así mediante una ley departamental de 2018.
Es el fruto de las virtudes del modelo educativo de esa institución cochabambina que desde 1961, hace 63 años, forma generaciones de ciudadanos responsables y, en muchos casos artistas consagrados, cuyos talentos comenzaron a cultivarse en ese instituto y brillan hoy en escenarios nacionales e internacionales.
El Instituto Laredo ha consolidado la sistematización de un modelo educativo integral que fusiona la educación formal, en humanidades, con la educación artística (música, danza y teatro) y que es único en Bolivia.
Sus estudiantes —de tercero de primaria hasta sexto de secundaria—asisten a clases en la mañana para cursar las asignaturas de la currícula oficial de todos los establecimientos educativos del país, y en la tarde para formarse en disciplinas de arte.
Es un modelo único cuya calidad y buenos resultados se manifiestan en la plena disposición de sus estudiantes para pasar clases todo el día.
Así se explica la motivación que tuvieron el Parlamento Andino, las asambleas legislativas Plurinacional y Departamental de Cochabamba, además de otras instituciones públicas, al otorgarle sus reconocimientos y declaraciones.
Y tendría que ser también motivo de iniciativas gubernamentales para fortalecer la vigencia institucional de ese modelo educativo.
Es más, sería ideal replicar en otros puntos del país establecimientos que apliquen el modelo educativo del Laredo lo que contribuiría a la formación de mejores ciudadanos.