El 11 de febrero se festejó el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia y este 8 de marzo festejamos el Día Internacional de la Mujer. Siendo mujer e ingeniera en biotecnología, quisiera contarles algunas historias que, en el ejercicio de la profesión, una aprende sobre mujeres que con sus investigaciones aportaron a la ciencia y al mundo.
En neurobiología, tenemos la historia de Rita Levi-Montalcini, ella es una de las figuras más destacadas en la historia de la biología y la biotecnología, fue una neurobióloga italiana que dejó un legado perdurable en el campo de la neurociencia. Nacida en 1909 en Turín, Italia, Rita desafió las normas sociales de su época al seguir su pasión por la ciencia, a pesar de las expectativas tradicionales de su familia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Levi-Montalcini trabajó en condiciones adversas, improvisando un laboratorio en su casa para llevar a cabo sus investigaciones sobre el sistema nervioso. Fue en este período cuando descubrió el factor de crecimiento nervioso (NGF por las siglas de Nerve Growth Factor), una molécula crucial para el desarrollo y la supervivencia de las neuronas.
Su trabajo revolucionario la llevó a compartir el Premio Nobel de Medicina en 1986, junto con Stanley Cohen, por su descubrimiento del NGF. Este reconocimiento destacó su contribución a la comprensión del desarrollo neurológico y fue un hito en la historia de las mujeres en la ciencia.
Pero la historia de las mujeres en la biotecnología ha ido creciendo. Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier fueron galardonadas con el Premio Nobel de Química 2020 por su desarrollo de la tecnología Crispr-Cas9, una herramienta de edición genética revolucionaria que ha transformado la investigación biotecnológica y ofrece promesas de tratamientos médicos innovadores.
Otra mujer científica muy actual es Fabiola Gianotti, directora general del CERN (organización europea para la investigación nuclear), Gianotti ha contribuido significativamente al avance de la física de partículas y la biotecnología, supervisando proyectos de investigación de vanguardia que exploran los fundamentos de la materia y del universo.
Y está también, Frances Arnold, quién fue galardonada con el Premio Nobel de Química en 2018 por sus contribuciones a la evolución dirigida de enzimas. Ella ha abierto nuevas fronteras en la ingeniería de proteínas, lo que lleva a aplicaciones biotecnológicas innovadoras en campos como la producción de biocombustibles y la síntesis de productos farmacéuticos.
Estas mujeres, junto con innumerables otras científicas, han demostrado que el género no es una barrera para el éxito en la biotecnología y la biología molecular. Su trabajo incansable y su dedicación han allanado el camino para una mayor diversidad e inclusión en la ciencia, y continúan inspirando a generaciones futuras de mujeres en todo el mundo a seguir sus pasos en busca de descubrimientos científicos que cambien el mundo. Desde la década de 1980 hasta el presente, mujeres científicas han liderado importantes avances en áreas como la ingeniería genética, la terapia génica y la edición de genes.
La autora es directora de la carrera de Ingeniería en Biotecnología de la Universidad Católica Boliviana-sede Santa Cruz