Un singular encuentro sorprendió a la comunidad. Un oso de anteojos interactuó con una cámara trampa, dejando una peculiar 'selfie' como evidencia de su curiosidad. Este inusual episodio ilustra la estrecha relación entre humanos y vida silvestre en la zona de Reserva Campesina Pato Balsillas, en San Vicente del Caguán, Caquetá, Colombia.
Los habitantes de esta área remota fueron testigos de un insólito suceso cuando un oso de anteojos comenzó a jugar con una cámara trampa, ajustándola y posando frente a ella como si tomara una fotografía.
Este gesto, interpretado por la comunidad como un acto de gratitud hacia los esfuerzos de conservación, destaca el compromiso de los pobladores locales y las organizaciones ambientales en la protección del hábitat del oso andino.
La instalación de cámaras trampa y la plantación de 25 mil plántulas nativas en Caquetá forman parte de una estrategia integral para mejorar la biodiversidad y fomentar la coexistencia pacífica entre humanos y vida silvestre.
Con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a través de su programa Amazonia Mía, se implementaron medidas para proteger aproximadamente 13 mil hectáreas de bosques, garantizando un entorno seguro para los osos y otras especies.
Esta emotiva escena refleja la importancia de proteger la riqueza natural de la Amazonía y promover la coexistencia armoniosa entre humanos y vida silvestre para las generaciones futuras.