Un grupo de ciberdelincuentes llamado 'ShinyHunters' se responsabilizó en un foro en línea del robo de los datos de alrededor de 560 millones de clientes de Ticketmaster, uno de los principales portales de venta de entradas para eventos, aunque la plataforma, por ahora, no ha confirmado el ataque .
Los piratas informáticos publicaron el jueves que los datos robados incluyen nombres, direcciones, números de teléfono y datos parciales de tarjetas de crédito de clientes de dicha plataforma y que se pueden comprar por 500.000 dólares en una 'venta única', según avanzó la cadena CBS .
De todos modos, la compañía de ventas, sociedad propiedad de Live Nation Entertainment, aseguró que el ciberataque "todavía no está verificado", por lo que no puede saber si los presuntos autores se lo han inventado.
El suceso está siendo investigado por Ticketmaster y el Departamento del Interior de Australia, confirmó un portavoz del Gobierno australiano a la cadena ABC. El FBI ha ofrecido su asistencia a las autoridades australianas.
Según el Departamento de Justicia estadounidense, los 'ShinyHunters' almacenan y venden datos robados en la 'red oscura' utilizando las redes sociales para encontrar posibles compradores.
Live Nation controla al menos el 80 % de la venta de entradas en las principales salas de conciertos, gestiona directamente a más de 400 artistas, controla más del 60 % de las promociones de conciertos en todo el país y posee o controla más del 60 %. . de los grandes anfiteatros de Estados Unidos, aseguró el fiscal general estadounidense, Merrick Garland.
En el pasado, Ticketmaster ya ha sufrido ciberataques mientras que a los 'ShinyHunters' se los vincula con ataques informáticos masivos a empresas como AT&T o Pizza Hut.
En los últimos días, Bolivia se ha declarado en alerta epidemiológica, frente al sarampión, una enfermedad de la que no se tenían casos desde 2000. Incluso, en 2012, el país había sido declarado libre de este mal por la OMS. Sin embargo, cuatro casos han vuelto a sonar las alarmas en el país. El primero en enero de este año, en la fronteriza población de Bermejo (Tarija). Y los otros cuatro, en la última semana: tres en Oruro y el ultimo en Tapacarí (Cochabamba).
VERÓNICA ORMACHEA
¿Dónde se ha visto que el presidente de un país instruya a su jefe del ejército que saque tropas y tanques y rodee el palacio de gobierno para subir su popularidad ya que la crisis económica es insostenible?
¿Dónde se ha visto que el presidente de un país instruya a su jefe del ejército que saque tropas y tanques y rodee el palacio de gobierno para subir su popularidad ya que la crisis económica es insostenible?
Nuestros padres nos han enseñado la diferencia entre estar en la casa y salir. El primero un lugar seguro y el segundo potencialmente peligroso. ¿Adónde vas?, ¿con quién estás yendo?, ¿a qué hora vuelves? Son preguntas que todo joven recibe de sus padres al salir, que suelen ser irritantes, pero tienen una buena intención. De hecho, un padre se siente más tranquilo si sus hijos están en el hogar, a la vista.
Nuestros padres nos han enseñado la diferencia entre estar en la casa y salir. El primero un lugar seguro y el segundo potencialmente peligroso. ¿Adónde vas?, ¿con quién estás yendo?, ¿a qué hora vuelves? Son preguntas que todo joven recibe de sus padres al salir, que suelen ser irritantes, pero tienen una buena intención. De hecho, un padre se siente más tranquilo si sus hijos están en el hogar, a la vista.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
A Evo Morales le llevó varios días “desayunarse” la mala posición en que lo dejaba la resolución del incidente militar de la semana pasada, ya que su rival en la interna masista logró posicionarse en el núcleo duro partidario como el “defensor de la democracia” que “no huyó ante el golpe”, un contraste de donde el cocalero sale debilitado y con esperanzas casi nulas de reactivar su candidatura inconstitucional.
A Evo Morales le llevó varios días “desayunarse” la mala posición en que lo dejaba la resolución del incidente militar de la semana pasada, ya que su rival en la interna masista logró posicionarse en el núcleo duro partidario como el “defensor de la democracia” que “no huyó ante el golpe”, un contraste de donde el cocalero sale debilitado y con esperanzas casi nulas de reactivar su candidatura inconstitucional.
Bolivia no puede estar en un peor momento. A la inestabilidad económica y social debe sumarse, ahora, después de más de 40 años, una alarmante fragilidad democrática. Que un general despechado resuelva tomar la plaza Murillo para expresar su malestar personal, ante lo que considera una lealtad no correspondida del presidente, tiene más de tragedia que de comedia, aunque no carezca de lo último.
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