Los servicios de emergencia intensificaron en tierra desde primera hora de ayer la búsqueda de las personas desaparecidas tras las inundaciones, que han causado la muerte de más de 200 personas en España, mientras las labores se van a reforzar con la incorporación de modernas tecnologías.
Diecisiete agencias espaciales y siete distribuidores comerciales de datos van a proporcionar observaciones y análisis adicionales de las zonas siniestradas, y a las labores se va a incorporar el buque de investigación Ramón Margalef, del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC).
Entre sus múltiples instrumentos, el buque oceanográfico cuenta con un ecosonda que permite obtener imágenes detalladas del fondo marino y un robot submarino con brazos articulados y cámaras de alta resolución que pueden contribuir a tareas de búsqueda y rescate en alta mar.
El balance provisional de víctimas mortales a causa del devastador temporal de 211 en la provincia de Valencia (este), a las que se suman cinco en Castilla-La Mancha (centro) —cuatro en Letur (Albacete) y una en Mira (Cuenca)— y una en la comunidad de Andalucía (sur).
El número de personas desaparecidas oficialmente registrados en Valencia es de 89, aunque desde diferentes instituciones y organismos se observa que puede haber casos cuya desaparición todavía no se ha denunciado y también muchos fallecidos aún no identificados.
Los servicios de emergencias continúan con la búsqueda de posibles víctimas y los trabajos de retirada de residuos, enseres y vehículos, los achiques de agua, la revisión de estructuras de edificios, cauces, carreteras y vías férreas, y la restauración de suministros como la luz o el gas.
Con el avance de los trabajos de construcción de su Línea Amarilla, el Tren Metropolitana de Cochabamba está en vías de consolidarse como una opción conveniente para el transporte de pasajeros.
Tuvieron que vencerse muchas peripecias, todas resultantes de la oposición ciudadana, antes de que se defina el trazo de esa línea y se inicie su implementación, aunque con un alcance distinto del que tenía al principio pues no llegará hasta Sacaba.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
Evo Morales viene perdiendo batalla tras batalla desde febrero de 2016, cuando amplios sectores del país, sobre todo jóvenes de clase media, se articularon de una manera flexible y descentralizada a través de las plataformas ciudadanas, haciendo sinergia en redes y calles para decir NO a la reelección indefinida. De allí vendría su segunda derrota, en 2019, con una repulsa colectiva al fraude electoral.
Evo Morales viene perdiendo batalla tras batalla desde febrero de 2016, cuando amplios sectores del país, sobre todo jóvenes de clase media, se articularon de una manera flexible y descentralizada a través de las plataformas ciudadanas, haciendo sinergia en redes y calles para decir NO a la reelección indefinida. De allí vendría su segunda derrota, en 2019, con una repulsa colectiva al fraude electoral.
El pasado viernes, en una acción planificada y advertida con anterioridad, grupos irregulares armados invadieron tres cuarteles de la Novena División de Ejército acantonada en el Chapare, reduciendo a los oficiales y a la tropa, tomando como rehenes a más de 200 efectivos y apoderándose de la totalidad de su armamento, municiones, vehículos y equipamiento.
El pasado viernes, en una acción planificada y advertida con anterioridad, grupos irregulares armados invadieron tres cuarteles de la Novena División de Ejército acantonada en el Chapare, reduciendo a los oficiales y a la tropa, tomando como rehenes a más de 200 efectivos y apoderándose de la totalidad de su armamento, municiones, vehículos y equipamiento.
Finalmente Evo Morales pidió que se levante el bloqueo, sin duda persuadido por el omnipresente sentimiento de rechazo que la medida generó en prácticamente todos los estratos de la sociedad boliviana, pero además, porque al observar quienes se enfrentaban (al menos discursivamente) quedó claro que la visión evista del poder ha quedado anclada solamente en los estratos del trópico de Cochabamba, los indígenas de profunda raigambre rural y los grupos prebendales que construyó a lo largo de los últimos 20
Finalmente Evo Morales pidió que se levante el bloqueo, sin duda persuadido por el omnipresente sentimiento de rechazo que la medida generó en prácticamente todos los estratos de la sociedad boliviana, pero además, porque al observar quienes se enfrentaban (al menos discursivamente) quedó claro que la visión evista del poder ha quedado anclada solamente en los estratos del trópico de Cochabamba, los indígenas de profunda raigambre rural y los grupos prebendales que construyó a lo largo de los últimos 20
AGUSTÍN ECHALAR ASCARRUNZ
Estas últimas semanas Evo Morales ha puesto al país de cabeza, su espacio de influencia y de fidelidad tiene una ubicación ideal, se bloquea el Chapare, y zonas aledañas y se bloquea la comunicación vial entre las tres más importantes ciudades de Bolivia. Esto causa enormes incomodidades y termina siendo muy oneroso para toda la ciudadanía.
Estas últimas semanas Evo Morales ha puesto al país de cabeza, su espacio de influencia y de fidelidad tiene una ubicación ideal, se bloquea el Chapare, y zonas aledañas y se bloquea la comunicación vial entre las tres más importantes ciudades de Bolivia. Esto causa enormes incomodidades y termina siendo muy oneroso para toda la ciudadanía.