Mario Aguilera juró como gobernador de Santa Cruz en suplencia de Luis Fernando Camacho y afirmó que no es un traidor, que no renunciará y que seguirá luchando por la democracia.
Aguilera fue posesionada en el cargo tras un fallo constitucional que ordenó su posesión mientras Camacho cumpla su detención preventiva en el penal de Chonchocoro, en La Paz.
"No pienso renunciar. No pienso ser recordado como el vicegobernador preso o renunciado, y que entregó nuestra institución, no pienso seguir los consejos de quienes asesoraron a nuestro gobernador hasta su detención, no pienso claudicar en al lucha por la democracia y los presos políticos", dijo Aguilera.
Asimismo afirmó: "tampoco haré vista gorda a lo que pasa en la Gobernación, no pienso permitir que se sigan robando las computadoras con información clave para las auditorías".
"Yo quiero democracia y no acepto corrupción, nuestra posición es firme", indicó.
Habló de proyectos importantes para la región, como una carretera paralela al norte sin dañar zonas protegidas.
"Lo que será innegociable es una necesaria auditoría, para proteger a nuestro gobernador", dijo.
Dijo que su gestión será de continuidad y que no se convertirá en un obstáculo al desarrollo de la región.
Afirmó que fue tres veces a La Paz y no logró conversar con Camacho, pero dijo que hará los esfuerzos para comunicarse con el gobernador depuesto.
"Se equivocó, el señor gobernador electo, yo de traidor no tengo nada, ni de títere ni de cobarde ni de irresponsable, voy a cumplir con la función que el cargo me demanda", aseveró.
Sobre la relación con el Gobierno de Luis Arce afirmó que será "compleja" y que no está de acuerdo con que haya presos políticos.
Dijo que analizará una reestructuración del Gabinete, tras las últimas renuncias.