Las nuevas autoridades judiciales y constitucionales deben cumplir con, al menos, seis atributos para encarar de la mejor manera sus cargos en el Órgano Judicial y en el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), señalaron por separado los exmagistrados José Antonio Rivera y Marco Antonio Valdivieso.
Los magistrados elegidos en los comicios judiciales de 2017 son duramente cuestionados por ampliar su mandato de manera indefinida e inconstitucional y por responder a los intereses del Órgano Ejecutivo. Hay dos leyes en suspenso que determinan el alejamiento de sus cargos.
Se espera que las nuevas autoridades sean elegidas en septiembre; se trata de nueve magistrados para el TCP, nueve para el TSJ, cinco del Tribunal Agroambiental y cinco del Consejo de la Magistratura.
Para Rivera, es fundamental que un buen magistrado sea un profesional calificado, “poseedor de conocimiento científico sobre Derecho, sobre la Constitución Política del Estado (CPE), sobre los tratados internacionales, acerca de las leyes y su interpretación y argumentación.
Valdivieso añade que los postulantes deben tener conocimiento en las áreas a las cuales postula, ya sea constitucional, agroambiental y otros juzgados.
Una segunda condición es el ejercicio profesional; Rivera aclara que no es suficiente ser un brillante abogado para ser un buen juez “hay una diferencia entre el rol que desempeña un abogado y un juez”. Por lo tanto, es necesario verificar si el futuro magistrado tiene la capacidad y habilidades para ejercer eficientemente.
En este punto, Valdivieso precisa que las nuevas autoridades deben tener experiencia en el funcionamiento interno de los juzgados.
Para los exmagistrados, los principios éticos y morales son requisitos fundamentales para garantizar un trabajo ético, imparcial y transparente de las nuevas autoridades. “No es suficiente que (el postulante) sea un abogado brillante si su comportamiento no está ligado a los principios éticos y morales”, aclara Rivera.
Lamenta que no hay un mecanismo para verificar la idoneidad del postulante, a diferencia del proceso electoral de 2011 cuando había la posibilidad de impugnar las candidaturas de los postulantes a magistrados.
Una cuarta característica de las nuevas autoridades es su personalidad: debe ser firme y equilibrada. “Que no le tiemble la mano cuando el asunto que llega a su despacho involucra al Gobierno o personalidades importantes”, explica. Sus decisiones deben ser equilibradas y no tienen que responder a simpatías o antipatías subjetivas”, señala.
La quinta es que la autoridad judicial o constitucional tiene que tener capacidad gerencial para manejar adecuadamente a su personal, para organizar su despacho y para relacionarse con las partes litigantes.
Conocer la realidad
Finalmente, la sexta, el magistrado tiene que conocer la realidad política, social y cultural de donde impartirá justicia para que no sea “un juez de mármol”, que no conoce la realidad y tome unas decisiones que no se adecuan a su entorno. “Necesitamos jueces de alma, vida y corazón”, dice Rivera.
Valdivieso añade que la vocación de servicio es un requisito indispensable por-que el sistema judicial pasa por un momento crítico con serios problemas de retar-dación y denuncias de corrupción, situación que demanda a magistrados y jueces que dediquen todo su tiempo al cumplimiento de sus funciones.
Tanto Rivera como Valdivieso cuestionan los criterios de selección de las nuevas autoridades. Recordaron que el examen es de selección múltiple con preguntas simples de sentido común. “Se consideró un puntaje de 100 puntos para méritos y el sólo hecho de haber ejercido la abogacía por 20 años le ha 10 puntos”, cuestionó Rivera.
Para Valdivieso es importante la entrevista con los postulantes porque la acumulación de títulos no refleja su capacidad para encarar los cargos.
3 Elección
En septiembre de este año se tiene previstas las elecciones judiciales, se trata de la tercera que se eligen a las autoridades en urnas.
El examen debe ser oral y difundido por medios
La analista política y exlegisladora nacional Claudia Mallón menciona la importancia de la evaluación de los postulantes a los altos cargos del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP).
Por lo tanto, propone que el examen sea oral y sea difundido por el canal estatal para que la población conozca la capacidad y desenvolvimiento de los postulantes a estos cargos.
Menciona la importancia de la meritocracia, del desempeño académico de excelencia y un grado profesional de maestría en las áreas a las que postula, como requisitos básicos. Señala la importancia de la docencia por más de cinco años y que “no tenga militancia política y que nunca la hayan tenido”. Además, es fundamental que “sea un estudioso de las leyes y de la Constitución Política”.