La planificación del golpe de Estado contra el Gobierno de Luis Arce comenzó en mayo y contó con la participación de varios miembros de la cúpula militar, además de exgenerales del servicio pasivo, según la imputación formal que presentó la Fiscalía contra los principales acusados de la asonada golpista del pasado 26 de junio.
El documento, que fue difundido en parte por el periodista Jhon Arandia, señala que el principal autor es el exgeneral del Ejército Juan José Zúñiga y que el "ideólogo" fue el civil Anibal Aguilar, exfuncionario de Defensa destituido un día después de la toma militar de la plaza Murillo.
"Durante el mes de mayo, se llevó a cabo una serie de reuniones de alto nivel, lideradas por el General Juan José Zúñiga Macías del Ejército, junto al Vicealmirante Juan Arnés Salvador de la Armada Boliviana. Estas reuniones tenían como propósito principal la planificación de acciones específicas contra el orden constitucional", señala la imputación.
El licenciado Aníbal Abel Aguilar Gómez se erigió como el "ideólogo central de este plan de maniobra". Desde mayo, Aguilar realizó presentaciones y análisis detallados en las oficinas del general Juan José Zúñiga Macías, actuando en calidad de asesor personal del general Zúñiga. Formuló una estrategia de levantamiento militar que implicaba la movilización coordinada de las Fuerzas Armadas a la plaza Murillo. La meta de esta operación era la toma del poder a la fuerza, se indica en la imputación.
La planificación y supervisión de esta "intención golpista" estuvo a cargo de los altos mandos de las Fuerzas Armadas. La coordinación incluía al comandante general de la Fuerza Aérea, al comandante general de la Armada, al inspector general, al jefe de Inteligencia y al jefe de Logística del Ejército. La ejecución del golpe comenzó días antes, con reuniones de los principales implicados, según la Fiscalía.
"El domingo 23 de junio de 2024, el General Juan José Zúñiga Macías, actuando como Comandante del Ejército, emitió órdenes precisas través de una llamada telefónica, instruyó al Teniente Coronel DEM Juan Carlos Delgadillo, comandante del IM 8 Ayacucho, para que movilizara 14 vehículos blindados ZFB-05 hacia el Estado Mayor del Ejército", señala.
Esta directiva fue reportada inmediatamente al coronel Edison Alejandro lrahola Caero, quien confirmó la recepción y procedió con la movilización a primera hora del lunes 24 de junio de 2024. Simultáneamente, se ordenó el desplazamiento de vehículos blindados URUTU y CASCABEL al Regimiento lngavi en El Alto, resultando en un total de ocho vehículos movilizados, excluyendo los ZFB-05. Asimismo, el comandante del Regimiento Mecanizado 2 Bolívar recibió la orden de desplazar los vehículos blindados a la plaza Murillo.
El 24 de junio marcó el inicio de la movilización de tanques blindados desde los regimientos militares de Achacachi y Coro Coro. A las 08:45, el general Zúñiga estableció comunicación telefónica con el comandante la Compañía de Inteligencia del Ejército, ordenándole convocar a los encargados para una reunión en el Estado Mayor.
"La movilización de blindados y tropa a puntos estratégicos es una maniobra clásica en los golpes de Estado diseñados para tomar el poder y controlar físicamente áreas clave", según la imputación.
En fecha 26 de junio del 2024, las unidades blindadas y las tropas se desplegaron en la plaza Murillo. La ejecución de la operación fue supervisada directamente por los comandantes generales de cada fuerza. El general Zúñiga lideró la intervención en el Palacio de Gobierno, asegurando el control de la situación y la detención de funcionarios clave, como el Ministro de Gobierno.
Asimismo, el vicealmirante Juan Arnés Salvador, comandante de la Armada Boliviana, supervisó la movilización y el despliegue de las unidades. Su coordinación interinstitucional fue clave para integrar las capacidades de la Armada en la operación conjunta. En tanto, el general Tomás Peña Lillo brindó asesoramiento en la planificación estratégica, aportando perspectivas valiosas para la estructuración de las acciones operativas. El general José Agreda Mendívil jugó un rol crucial en la supervisión de los recursos logísticos y estratégicos.
El día del intento de golpe, "el blindado del General Zúñiga se posicionó para golpear la puerta, mientras el personal de inteligencia y seguridad desalojaba a la prensa del lugar. La puerta fue abierta tras dos golpes del blindado, permitiendo el ingreso de los soldados de la Policía Militar y el grupo de seguridad del General Zúñiga, quienes crearon un pasillo para facilitar su entrada, el cual contaba con 18 hombres para resguardarlo.
"Hemos conocido que se han desplazado unidades tácticas especializadas de diversas partes del país entre ellas destaca el traslado de cinco instructores de la Unidad Especial F-10 con asiento en Cotapachi-Cochabamba en un avión del ejército piloteado por el Capitán Herrera a bordo del 001EB", se apunta en el documento.