Al menos 18 municipios y 54 comunidades y/o localidades de Santa Cruz, Beni y Pando fueron reportados por el Viceministerio de Defensa Civil con incendios forestales este sábado.
"En Santa Cruz existe fuego activo e incendios forestales en 12 municipios y en 48 comunidades, Concepción es el municipio donde se concentra gran actividad por el fuego", informó el viceministro Juan Carlos Calvimotes.
A Concepción le sigue Urubichá, San Ignacio de Velasco, San Rafael, San José de Chiquitos, San Miguel, San Matías, Puerto Quijarro, Roboré, Ascensión de Guarayos, San Javier y El Puente.
En tanto, en Beni se registra fuego activo en siete comunidades de los municipios de Guayaramerín, Baures, San Andrés, Riberalta y San Javier.
En Pando persiste aún las quemas en la Reserva Nacional de Vida Silvestre Amazónica Manuripi, en el municipio de Filadelfia.
El Comando Conjunto de Respuesta Ante Eventos Adversos (Ccrea) desplegó en los tres departamentos 538 bomberos forestales, entre personal de las Fuerzas Armadas, de la gobernación cruceña, guardaparques y voluntarios.
Asimismo, el Viceministro de Defensa Civil advirtió sobre el ingreso de humareda desde Brasil a territorio boliviano, que afecta directamente a la región de la Chiquitanía.
"Nos va a costar tener en un buen tiempo aire puro en el país", advirtió.
Mientras los titulares e imágenes de los incendios forestales que devastan grandes extensiones del país ocupan nuestra atención, una crisis igualmente apremiante avanza en silencio en el valle alto de Cochabamba: la sequía. A pesar de su menor visibilidad mediática, la falta de agua está provocando estragos en las comunidades rurales y urbanas de la región, y sus efectos a largo plazo pueden ser tan devastadores como los incendios.
En los últimos días, Bolivia ha enfrentado una creciente desconfianza hacia el Censo de Población 2024, realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La diferencia entre los 11.3 millones de habitantes reportados y los 12.3 millones proyectados ha generado escepticismo entre autoridades locales, líderes cívicos y ciudadanos. El Gobierno ha defendido el censo como el “mejor de la historia,” lo cual ha contribuido a politizar el debate.
En los últimos días, Bolivia ha enfrentado una creciente desconfianza hacia el Censo de Población 2024, realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La diferencia entre los 11.3 millones de habitantes reportados y los 12.3 millones proyectados ha generado escepticismo entre autoridades locales, líderes cívicos y ciudadanos. El Gobierno ha defendido el censo como el “mejor de la historia,” lo cual ha contribuido a politizar el debate.
El efectuar críticas casi cotidianas sobre el actuar patológico de la jurisdicción constitucional del país no conduce a nada.
El efectuar críticas casi cotidianas sobre el actuar patológico de la jurisdicción constitucional del país no conduce a nada.
En aquella tarea, en la mayor parte de los casos un tanto mecánica y dicotómica, de buscar causas y responsables del mayor ecocidio y desastre ecológico producido en Bolivia, hay muchos puntos de vista.
En mi anterior columna, había adjudicado esa ignominiosa responsabilidad al expresidente Morales, al régimen y su partido. Los datos son elocuentes. Con el discurso del “vivir bien” se convirtieron en los más perversos depredadores de la Madre Tierra.
En aquella tarea, en la mayor parte de los casos un tanto mecánica y dicotómica, de buscar causas y responsables del mayor ecocidio y desastre ecológico producido en Bolivia, hay muchos puntos de vista.
En mi anterior columna, había adjudicado esa ignominiosa responsabilidad al expresidente Morales, al régimen y su partido. Los datos son elocuentes. Con el discurso del “vivir bien” se convirtieron en los más perversos depredadores de la Madre Tierra.
Escenas apocalípticas surcan incesantes y veloces por medios y redes sociales imprimiendo horror en las pupilas y en la conciencia de los usuarios, sean quienes sean. Se integran en una saga de largometrajes anuales sobre la base de la cual Bolivia ocupa el tercer lugar en el mundo en materia de incendios, luciéndose como un hueco en hundimiento sostenido. Imágenes satelitales y fotografías aéreas tiñen de rojo Bolivia en el centro del espacio de Sudamérica.
Escenas apocalípticas surcan incesantes y veloces por medios y redes sociales imprimiendo horror en las pupilas y en la conciencia de los usuarios, sean quienes sean. Se integran en una saga de largometrajes anuales sobre la base de la cual Bolivia ocupa el tercer lugar en el mundo en materia de incendios, luciéndose como un hueco en hundimiento sostenido. Imágenes satelitales y fotografías aéreas tiñen de rojo Bolivia en el centro del espacio de Sudamérica.