El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, afirmó este sábado en Santa Cruz que los delincuentes acusados de violación y trata de personas no pueden estar por encima del Estado, sino que deben someterse a la justicia.
Estas declaraciones fueron una respuesta a la prensa sobre el pedido de algunos seguidores de Evo Morales, quienes sugirieron que, para levantar el bloqueo de caminos, deberían anularse los procesos judiciales contra el expresidente. Morales está siendo investigado por delitos de violación (antes conocido como estupro), trata y tráfico, en un caso ocurrido entre 2014 y 2015 en Yacuiba, Tarija.
El pasado 7 de octubre, la fiscal departamental de Tarija, Sandra Gutiérrez, reasumió el cargo después de haber sido destituida por el fiscal general Juan Lanchipa, tras emitir una orden de aprehensión contra Evo Morales. Desde entonces, Gutiérrez no se ha pronunciado públicamente, más allá de la información sobre la aprehensión del padre de la menor involucrada.
Del Castillo aclaró que "la Policía Boliviana no ha recibido ninguna orden de aprehensión" y que no podía proporcionar más detalles debido a que el Ministerio Público ha solicitado que el caso se declare en reserva. Sin embargo, enfatizó que el caso sigue siendo investigado en Tarija.
La autoridad comparó la situación con otros delitos graves, sugiriendo que sería absurdo que personas acusadas de feminicidio o secuestro pudieran exigir impunidad a cambio de levantar bloqueos de caminos.
Indicó que acceder a ese tipo de pedidos implicaría que los delincuentes estarían por encima del Estado de derecho. "Nosotros no consideramos desde ningún punto de vista que nadie puede hacerse la burla de la justicia en nuestro país, fuese quien fuese", precisó.
El ministro también retó al expresidente Morales a someterse a una prueba de ADN para demostrar ante la comunidad nacional e internacional, que no tuvo contacto sexual con la menor de 15 años involucrada en el caso.
Recordó que el propio Morales en 2016 solía decir que "si no tienes nada que ocultar, preséntate ante la justicia".
"Si mañana me acusan de violación o trata de personas, lo primero que haría es someterme a una prueba de ADN para demostrar mi inocencia. ¿Por qué no lo hace Evo Morales?", cuestionó Del Castillo.
En el universo del fútbol, pocas cosas sorprenden más que la pasión de una hinchada. En Bolivia, esa pasión parece impermeable incluso tras la derrota 6-0 ante Argentina, el campeón del mundo, al menos por ahora. Mientras en gran parte del mundo las burlas se multiplican y se habla de un “golpe de realidad” para la Verde, en Bolivia increíblemente el ánimo sigue en alto.
Un avión aterrizó en una playa al borde del río espantando ruidosas bandadas de pájaros; las petas y lagartos de la orilla se sumergieron rápidamente en las aguas. Descendieron militares armados y un grupo de atemorizados civiles maniatados: poco a poco sus ojos reconocieron el verdor de la selva, los recibió su abrazo quieto, ardiente y húmedo; y un coro de ruidosas nubes de mosquitos les zumbaron: bienvenidos al Madidi.
Un avión aterrizó en una playa al borde del río espantando ruidosas bandadas de pájaros; las petas y lagartos de la orilla se sumergieron rápidamente en las aguas. Descendieron militares armados y un grupo de atemorizados civiles maniatados: poco a poco sus ojos reconocieron el verdor de la selva, los recibió su abrazo quieto, ardiente y húmedo; y un coro de ruidosas nubes de mosquitos les zumbaron: bienvenidos al Madidi.
LUPE CAJÍAS
La súbita muerte de Clara López Beltrán (La Paz 1951-2024) dejó un profundo vacío en la historiografía boliviana porque fue una de las académicas mejor formadas y con un amplísimo aporte para conocer y comprender mejor a Bolivia. Fue de los pocos historiadores bolivianos con cátedras en universidades estadounidenses, europeas y latinoamericanas. Fue la única paceña que ganó por sus méritos un puesto en la Universidad de Turín. Ahí enseñó junto a grandes eminencias del conocimiento humanístico.
La súbita muerte de Clara López Beltrán (La Paz 1951-2024) dejó un profundo vacío en la historiografía boliviana porque fue una de las académicas mejor formadas y con un amplísimo aporte para conocer y comprender mejor a Bolivia. Fue de los pocos historiadores bolivianos con cátedras en universidades estadounidenses, europeas y latinoamericanas. Fue la única paceña que ganó por sus méritos un puesto en la Universidad de Turín. Ahí enseñó junto a grandes eminencias del conocimiento humanístico.
GABRIELA CANEDO VÁSQUEZ
A Santiago de Chiquitos, la antesala del cielo, llegó el fuego. Las cifras señalan que ya medio millón de hectáreas fueron arrasadas en distintos puntos del país, pero principalmente en tres municipios de Santa Cruz. Uno de ellos es Roboré, donde el fuego avanzó lamentablemente hacia la reserva del Valle de Tucabaca. La pesadumbre me invade particularmente esta vez, porque hace diez días pude recién conocer un pedacito del sudeste de la Chiquitania que en estos días arde.
A Santiago de Chiquitos, la antesala del cielo, llegó el fuego. Las cifras señalan que ya medio millón de hectáreas fueron arrasadas en distintos puntos del país, pero principalmente en tres municipios de Santa Cruz. Uno de ellos es Roboré, donde el fuego avanzó lamentablemente hacia la reserva del Valle de Tucabaca. La pesadumbre me invade particularmente esta vez, porque hace diez días pude recién conocer un pedacito del sudeste de la Chiquitania que en estos días arde.
El 26 de junio no fue fraude, fue golpe, o al menos una sublevación. A diferencia de lo que ocurrió el 10 de noviembre del 2019 cuando ni un solo soldado pisó la plaza Murillo. En ese entonces Evo Morales, según su propia versión en su libro Volveremos y seremos millones, había decidido renunciar el día anterior antes de que la COB, puntal de ese gobierno, le inste renunciar y antes que el general Kaliman Romero, el comandante en jefe de las FFAA, le sugiriera lo mismo.
El 26 de junio no fue fraude, fue golpe, o al menos una sublevación. A diferencia de lo que ocurrió el 10 de noviembre del 2019 cuando ni un solo soldado pisó la plaza Murillo. En ese entonces Evo Morales, según su propia versión en su libro Volveremos y seremos millones, había decidido renunciar el día anterior antes de que la COB, puntal de ese gobierno, le inste renunciar y antes que el general Kaliman Romero, el comandante en jefe de las FFAA, le sugiriera lo mismo.