Marcel Marceau, uno de los mimos más influyentes de la historia, solía decir que “el mimo es el arte del silencio”. Esta frase engloba la esencia de este arte: la capacidad de expresar las emociones más profundas y las historias más impactantes sin pronunciar una sola palabra. Es precisamente en honor a Marceau, que cada 22 de septiembre se celebra el Día Internacional del Mimo.
La iniciativa de esta celebración surgió del mimo francés Jean Bernard Laclotte, quien eligió el día 22 de septiembre en conmemoración del deceso de su amigo y compañero Marcel Marceau. Aunque se desconoce desde qué fecha entró en vigor oficialmente la efeméride, los primeros registros de los festejos iniciaron en 2011.
Gustavo Medinacelli Oré, conocido artísticamente como el Mimo Gus y director del Grupo artístico musical Mimos Uni2, contó que estos artistas celebran esta fecha actuando.
“Es una pasión, es una profesión, es algo que nos produce alegría y felicidad. Lo festejamos todo el tiempo que podemos estar en escenario”. Estas celebraciones incluyen, desde luego, el silencio.
Según Medinacelli, las expresiones no verbales conforman el 70 por ciento de la comunicación humana. Es por ello que el silencio es un elemento muy importante no solamente para los mimos, sino también para los músicos y artistas en general.
“Si este lenguaje ocupa más de la mitad de lo que comunicamos, podemos deducir que el impacto es mayor que el de la palabra”, dijo el Mimo Gus, quien además citó una frase de Marcel Marceau: “Los mimos no mentimos, porque para mentir se requiere de la palabra”.
El mimo se basa en la idea de que el cuerpo humano es una herramienta capaz de comunicar tanto como las palabras. Es por ello que estos artistas deben estar en óptimas condiciones físicas y tener pleno dominio de sus cuerpos.
“Como toda actividad, necesitamos preparación física, pero también técnica, y aquí entran los diversos ejercicios que nos permiten desarrollar mejor el desenvolvimiento corporal”.
Medinacelli afirmó que este tipo de arte es un buen recurso didáctico que es muy utilizado en escuelas y colegios. “Nosotros empezamos antes de la pandemia con la primera escuela de mimo, de nombre Leopoldo Calla, en honor a un gran mimo boliviano que fue mi maestro y nos dejó un gran legado”, relató Medinacelli. Dicha academia tuvo que ser cerrada debido a la emergencia sanitaria global en 2020. A pesar de ello, Gustavo afirmó que están muy animados para reabrirla.
En una era dominada por la tecnología y el entretenimiento digital, el arte del mimo debe adaptarse a las circunstancias. Medinacelli explicó que, durante la pandemia, los mimos, como muchos artistas, sintieron un vacío enorme. Pero la creatividad de este grupo pudo más.
“Convertimos la casa en un escenario virtual, producimos siete espectáculos virtuales y los presentamos en diferentes plataformas, nos fue muy bien, evidentemente no es lo mismo, pero logramos que nos vieran en Bolivia y el mundo, fue una experiencia excelente”.
Incluso con todo ello, uno de los principales escenarios de los mimos son las calles, y ellos son grandes conocedores de qué es lo que la gente disfruta. “El tipo de humor que gusta más a la mayoría de la gente es el de doble sentido, así que el desafío siempre es el doble para lograr llegar a la gente y que se divierta”, explicó.