¡Mujer que me estás leyendo!, si tú eres como yo o como la mayoría de nosotras habrás notado que nos caracterizamos socialmente por tener una muy buena memoria o como algunos dirían “memoria selectiva”. Nos acordamos con mucha más facilidad que los hombres de sucesos que para ellos pasan absolutamente inadvertidos a los cinco minutos de haber transcurrido el hecho y nosotras lo recordamos después de años como si hubiera sucedido ayer. ¡Hombre que me estás leyendo!, sé que sabes de qué estoy escribiendo. Bien sabemos que en una discusión de pareja, quienes recuerdan las palabras dichas, las personas que estaban presentes o la ropa que llevaban puestas en aquel momento del pasado, son las mujeres ... de ahí que nos llaman “históricas” cuando recordamos algo especialmente si ese algo ocasionó dolor.
En esa misma línea, durante la historia, se relacionó a la mujer con la histeria, entendida esta como la reacción emocional exagerada, dramática, histriónica y, a veces, sin razón aparente. Cabe mencionar que el término “histeria” ha sido desestimado actualmente como un diagnóstico médico específico porque se lo relacionaba únicamente con el útero (del griego “hystera”). Sin embargo, hoy por hoy la comprensión de la salud mental ha evolucionado y los diagnósticos se basan en criterios específicos y científicos, lo que descalifica la libre interpretación de la subjetividad de cualquier observador. Al parecer, hoy los términos son no solo más precisos, también son más respetuosos con la individualidad de cada persona, es mejor hablar de trastornos de ansiedad, ánimo o cualquier otro factor psicológico que favorezca el abordaje responsable y preciso del tema.
Pero bueno, volviendo al título de mi escrito … ¿Histérica o histórica?, la vinculación histórica de la “histeria” exclusivamente con las mujeres es una percepción errónea. Aunque el término se originó en referencia a síntomas emocionales y físicos observados, principalmente en mujeres, en ciertos momentos históricos, no implica que solo las mujeres puedan experimentar respuestas emocionales intensas o síntomas similares.
En la actualidad, se reconoce que los hombres también experimentan una amplia gama de problemas de salud mental y respuestas emocionales agudas. La comprensión moderna de la salud mental evita las generalizaciones basadas en el género y se enfoca en evaluar y tratar individualmente a cada persona. Así que, existen hombres que experimentan síntomas emocionales similares a los de las mujeres y estos se abordan de manera inclusiva y respetuosa en el campo de la salud mental.
El recordar el pasado con dolor, resentimiento, falta de perdón o amargura no es propio de una mujer, muchas personas decidieron vivir en condición de tristeza, soledad, rabia o antipatía.
En conclusión, en cuanto a la histeria, las expresiones emocionales desproporcionadas pueden venir de cualquier género, para ninguno de ellos es saludable tenerlas y los dos pueden ejercer dominio sobre sus emociones si así lo deciden pues Dios nos ha dado “un espíritu de poder, amor y dominio propio” (2 Tim. 1: 7).
Y en cuanto a la historia y el rótulo de “históricas”, bien ganado para algunas pues a veces ponen empeño en complicar las cosas y no las dejan salir de la mente o el corazón y cuando lo están por hacer ¡zácate! las vuelven a meter sin entender que si las sueltan no quiere decir que no haya sucedido, solo quiere decir que ya no les afecta y son libres de ellas … (siendo honesta, también son muchos los varones que adoptan esta práctica, aconsejable que ambos tomemos conciencia y dejemos de ser histéricos e históricos).