Después de ocho días de bloqueo en el acceso al botadero de K’ara K’ara, más de 4 mil toneladas de basura comenzaron ayer a ser retiradas de las calles de la ciudad de Cochabamba, y termina —no se sabe hasta cuándo— la amenaza que representan los desechos sólidos acumulados en las vías públicas.
Es otro más de los innumerables episodios de indefensión sanitaria que soportan, desde hace más de dos décadas, los habitantes de esta ciudad cada vez que los vecinos del botadero, u otros colectivos, cierran su acceso.
Unas veces con reclamos que nos interesan a todos, como el cierre de ese vertedero que es un foco de contaminación, y otras —la mayoría— con reclamos sectoriales, y hasta por intereses políticos, los movilizados impiden el paso de los carros basureros, presionando así a la Gobernación, a la Alcaldía y, esta última vez, a la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) para imponer sus demandas.
Y prácticamente todas esas ocasiones, los bloqueadores obtienen algún beneficio y los cochabambinos podemos sentir el alivio de ver desaparecer los desechos sólidos de las calles. Hasta la próxima vez que los vecinos del botadero —gente que se ha asentado y construido sus viviendas en lugares que no estaban destinados a ser urbanizados— apliquen otro bloqueo, en general por intereses privados como en este último caso que trata de precios que deben pagar por terrenos avasallados hace 20 años.
Es decir que hemos soportado ocho días de bloqueo de K’ara K’ara por un reclamo cuyo origen está fuera del marco legal. Y no es la primera ni única ocasión que eso ocurre.
Peor aún, muchos de esos terrenos que pertenecen a la UMSS, o sea al Estado, y por los que los bloqueadores quieren imponer su precio, ya han sido negociados por ellos mismos y con ganancias.
Es tal la frecuencia de los bloqueos en el acceso a ese vertedero —en 2020, el año del inicio de la pandemia hubo más de 20— que los habitantes de esta ciudad, preocupados por los desechos que se acumulan en las vías públicas, sólo deseamos que esa circunstancia se supere lo antes posible y parece que hemos olvidado la magnitud del problema sanitario y medioambiental que representa el depósito de nuestros desechos sólidos en K’ara K’ara.
Y desde hace tiempo. Un informe del Foro Económico Mundial titulado Once megavertederos que muestran la otra cara del consumo identificaba al botadero de Cochabamba como uno de los peores del planeta.
Legales, sanitarios y medioambientales, los problemas que representa el vertedero de K’ara K’ara exigen la urgente atención de las autoridades, no sólo para desarmar los bloqueos, sino para encontrar la manera óptima y segura de tratar la basura de Cochabamba.