El 24 de septiembre de 1810 marca un hito clave en la historia de Santa Cruz y de Bolivia. Aquel día, un grupo de patriotas cruceños dio el primer grito libertario que resonaría a lo largo del tiempo. Hoy, 214 años después, Santa Cruz es el motor fundamental en el desarrollo del país, con un espíritu emprendedor que ha consolidado su lugar como una de las regiones más pujantes y dinámicas de Bolivia. Sin embargo, esa misma fuerza ha alimentado una demanda creciente de mayor protagonismo en la conducción de la nación.
Este departamento, que en algún momento fue considerado marginal en el escenario nacional, hoy aporta el 31 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país y el 47 por ciento del PIB agropecuario. El departamento produce el 100% del girasol, 99% del sorgo, 96% de la soya y 95% de la caña de azúcar, productos que no sólo abastecen al mercado interno, sino que también permiten que Bolivia sea competitiva en el mercado internacional.
Santa Cruz no sólo es responsable de gran parte de la producción agroindustrial de Bolivia, sino que también lidera en el comercio, la construcción y los servicios. El aeropuerto internacional Viru Viru es la principal puerta de entrada y salida de productos para Bolivia, consolidando a Santa Cruz como el centro logístico y comercial del país.
Este crecimiento económico ha permitido a Santa Cruz consolidarse como el principal bastión del empleo formal, además de ser la sede de importantes ferias y eventos internacionales, como la Feria Exposición de Santa Cruz (Fexpocruz), que año tras año atrae a inversores, empresarios y delegaciones de todo el mundo.
Sin embargo, este progreso ha generado en Santa Cruz una demanda histórica de mayor protagonismo y representación en el ámbito político. Los cruceños sienten que su contribución al país no ha sido correspondida con justicia. Esta demanda se ha traducido en luchas por la autonomía, la descentralización y un sistema de distribución de recursos y de escaños parlamentarios. De allí el conflicto por un reflejo de los resultados del censo que los cruceños creen que no hace justicia a su población.
En muchos sentidos, Santa Cruz aspira a un lugar de mayor reconocimiento en la historia actual de Bolivia. La región ha sido clave en momentos cruciales para el país, desde la consolidación democrática hasta el impulso de reformas económicas y productivas. Pero también ha vivido tensiones con el centralismo.
Hoy, a 214 años del grito libertario, Santa Cruz no sólo mira su pasado heroico, sino también un futuro en el que quiere seguir liderando el desarrollo de Bolivia. La región es consciente de que su crecimiento económico, su apertura hacia el mundo y su capacidad de innovación son clave para mantener al país en la senda del progreso.