Es conciliador, no es proclive al conflicto. Hizo lo que David Choquehuanca debió hacer con los prorrogados del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional. Es valiente, aunque le falta un par de hervores… Esas y otras frases se escucharon en el microclima político nacional luego de que el joven presidente del Senado, ejerciendo como presidente interino de la Asamblea Legislativa, enfrentó el sabotaje arcista y condujo la última sesión del pleno que sancionó un paquete de normas, entre ellas la ley que pone fin a la prórroga de mandato de los magistrados de justicia.
Andrónico Rodríguez, de 35 años, ha comenzado a ser visto de distinta manera dentro del masismo. En el encuentro nacional del evismo, en Villa Tunari, el lunes 10 de junio, quienes pronunciaron discursos, incluido por supuesto Evo Morales, destacaron la decidida acción política que asumió el tercer hombre del país y segundo en la línea de sucesión constitucional. “Si te procesan, todos nos vamos a presentar a la cárcel”, le dijo Morales ante la multitud. Él se pone delante de un espejo y también se ve diferente, pero tiene un plan.
El politólogo y dirigente cocalero es calculador. Sabe que, a estas alturas de la guerra interna, la facción de Luis Arce y David Choquehuanca se ha debilitado tanto que, si este domingo fueran las elecciones generales y ambos volvieran a presentarse como binomio del MAS, no alcanzarían ni la mitad del 55% con el que ganaron los comicios de 2020. Sin embargo, sospecha que puede salir de la manga del arcismo el as del prorroguismo presidencial promovido y sentenciado precisamente por los magistrados de facto.
Siente que no debe precipitarse. Con lo hecho hasta el momento —retener la Presidencia de Senadores negociando con las oposiciones, promover reuniones de autoridades legislativas y jefaturas de bancada para intentar destrabar las judiciales y llevar adelante la rebelión democrática desde el Parlamento ante la tiranía del Ejecutivo y Judicial— ha mostrado un perfil político opuesto al de Arce y Choquehuanca, pero también diferente al de Morales. Viene forjando su propio espacio en la estructura partidaria y en los sectores sociales cooptados antes y hoy por el oficialismo.
No parece de su interés mostrarse como un líder emergente que en el primer tramo le disputa al caudillo el premio mayor —la candidatura presidencial—. No es conveniente y no es parte de su plan. De hecho, estuvo al lado de Morales cuando el encuentro político del evismo lo proclamó nuevamente como “candidato único” del MAS. “¡Viva el presidente Evo Morales!”, exclamó al cierre de su discurso, luego de agradecer a la multitud reunida en el estadio de Villa Tunari su acompañamiento en la batalla política de la Asamblea Legislativa.
Por el momento, dejará que las circunstancias se impongan en el escenario político nacional. Hará seguimiento a las encuestas que se hacen dentro y fuera del país para ir tomando el pulso a la coyuntura —como aquella que reporta que Arce está en el penúltimo lugar de respaldo entre los presidentes de la región con soló un 18% de aprobación en Bolivia— y evaluará minuciosamente a cada uno de los actores del masismo en franca pugna por quedarse con el instrumento político y la candidatura del Bicentenario: Morales, Arce y Choquehuanca.
Éste último parece haberse dado cuenta del “nacimiento de una nueva estrella”, como dice mi compañera de análisis noticioso Amalia Pando, y busca situar a Andrónico Rodríguez como parte de la supuesta conspiración golpista en contra del presidente Arce en la que también estarían Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y Morales. He aquí la evidencia discursiva lanzada por Choquehuanca en el 80 aniversario de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia.
“La troika Camacho-Mesa-Evo, los tres capos de la troika extremista, se han transformado en líderes sin pueblo; por eso se necesitan y se han aliado, porque solos no pueden. Este pacto está sellado por la firma del acuerdo que otorga al presidente de Senado (Andrónico Rodríguez) capitanear este intento de golpe”, dijo Choquehuanca en el acto de conmemoración, comprendiendo que el senador del evismo es el único que puede crecer en el respaldo de las bases masistas, pero también en la preferencia electoral del conjunto del país.
Morales también intuye y lo hace muy bien cuando de política se trata. Se apuró en organizar lo que debía ser el Congreso del MAS evista y luego fue transformado en encuentro nacional de la facción que lidera por falta de supervisión del Órgano Electoral. El objetivo era seguir arrinconando a Arce y Choquehuanca, y ser proclamado nuevamente como “candidato único” del MAS en elecciones generales del próximo año, así no tenga valor legal.
Conociendo cómo actúa Morales, podría haber sido la manera de cruzar el liderazgo emergente de Andrónico Rodríguez y más bien aprovecharlo como puntal de su candidatura para retornar al poder en 2025. El plan del joven presidente del Senado es dejar que el desgaste haga lo suyo con los tres actores mencionados en el siguiente año y medio, de cara a los comicios de octubre de 2025 —si es que realizan— e incluso en el próximo y complicado periodo constitucional. Sabe que el electorado no estaría dispuesto a apoyar ni al uno, ni al otro. Aprendió a esperar.