Actualidad
Ante la ausencia de turistas nacionales y extranjeros en los municipios del trópico, la Dirección de Cultura y Turismo de la Gobernación anunció que se reunirá con productores
Las federaciones del transporte urbano, tanto Libres como Federados, indicaron que el estudio técnico de costos que realizaron lanzó dos tarifas, una mínima de Bs 2,80 y una regular de Bs 3
Un total de 120 líneas de transportistas federados y libres cuentan con autorización para operar en la ciudad de Cochabamba. Sin embargo, existen observaciones al desdoble de rutas que se da por distintas solicitudes
La caída del régimen de Bashar al Assad marcó ayer el cierre de una era de 54 años de dominio de la familia Assad en Siria
El Gobierno, a través de la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, reafirmó su compromiso de pagar un precio justo por los 5.600 quintales de arroz procesado y los más de 40.000 quintales de arroz
La inflación acumulada en Bolivia llegó al 8,82% en noviembre de 2024, marcando el nivel más alto registrado en los últimos 17 años
Opinión

De cada 100 habitantes que hay en el mundo, casi cuatro son migrantes, de acuerdo con los últimos datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) de la ONU, cuya Asamblea General declaró el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante, el año 2020.

Puntos de Vista

Identidad cultural es la reunión de distintivos propios de una sociedad que, a través de manifestaciones, complejas y variadas, permiten a sus individuos identificarse como miembros de ese colectivo. Simultáneamente, también está presente la diferenciación de otros grupos culturales que, sin duda, forman parte de un todo.

Identidad cultural es la reunión de distintivos propios de una sociedad que, a través de manifestaciones, complejas y variadas, permiten a sus individuos identificarse como miembros de ese colectivo. Simultáneamente, también está presente la diferenciación de otros grupos culturales que, sin duda, forman parte de un todo.

Además de constituir una grave confesión de parte, las declaraciones del exministro de la presidencia de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, definiendo a los bloqueos que impulsa su sector político como “rituales que exigen sangre”, parecen confirmar lo comentado en una nota de marzo de este año, donde citábamos la “teología del crimen organizado” de la que habla el antropólogo mexicano Claudio Lomnitz.

Además de constituir una grave confesión de parte, las declaraciones del exministro de la presidencia de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, definiendo a los bloqueos que impulsa su sector político como “rituales que exigen sangre”, parecen confirmar lo comentado en una nota de marzo de este año, donde citábamos la “teología del crimen organizado” de la que habla el antropólogo mexicano Claudio Lomnitz.

El pasado 16 de octubre, las salas Constitucionales de Beni y Pando, compuestas cada una por dos individuos desconocidos y designados discrecionalmente, emitieron resoluciones que ordenaban paralizar el proceso de elecciones judiciales previsto en la Constitución, sustentado por una ley, validado por el Órgano Electoral y antecedido por una preselección realizada en la Asamblea Legislativa.

El pasado 16 de octubre, las salas Constitucionales de Beni y Pando, compuestas cada una por dos individuos desconocidos y designados discrecionalmente, emitieron resoluciones que ordenaban paralizar el proceso de elecciones judiciales previsto en la Constitución, sustentado por una ley, validado por el Órgano Electoral y antecedido por una preselección realizada en la Asamblea Legislativa.

La economía boliviana atraviesa una crisis que refleja las consecuencias de decisiones gubernamentales mal planteadas. El déficit fiscal, la inflación en la canasta básica, la escasez de combustibles y de dólares son síntomas de un modelo económico que prioriza el control estatal y el gasto público desmedido, sin preocuparse por la sostenibilidad a largo plazo. Pero, como bien se dice: lo que inicia mal, termina mal. Y este final está impactando directamente en los bolsillos de los bolivianos.

La economía boliviana atraviesa una crisis que refleja las consecuencias de decisiones gubernamentales mal planteadas. El déficit fiscal, la inflación en la canasta básica, la escasez de combustibles y de dólares son síntomas de un modelo económico que prioriza el control estatal y el gasto público desmedido, sin preocuparse por la sostenibilidad a largo plazo. Pero, como bien se dice: lo que inicia mal, termina mal. Y este final está impactando directamente en los bolsillos de los bolivianos.