La emboscada al personal aduanero, ocurrida ayer tras interceptar en Colomi un tractocamión repleto de mercadería de contrabando —entre ropa usada, zapatos y otros artículos—, es una muestra más de la magnitud de la estructura y la peligrosidad que poseen las organizaciones criminales dedicadas a esta actividad.
GABRIELA CANEDO VÁSQUEZ
El reloj marcaba aproximadamente las 7:30 de la mañana, del lunes 11 de marzo. El bus en el que viajaba y estaba a punto de arribar al destino final, recorría las calles vacías de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. Se veía alguno que otro transeúnte, pero en general el panorama era desolador, no había gente en las calles, ni taxis, ni colectivos. No se veía lo que en un lunes se espera, gente dirigiéndose al trabajo, colegiales yendo a las escuelas, negocios abiertos.
El reloj marcaba aproximadamente las 7:30 de la mañana, del lunes 11 de marzo. El bus en el que viajaba y estaba a punto de arribar al destino final, recorría las calles vacías de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. Se veía alguno que otro transeúnte, pero en general el panorama era desolador, no había gente en las calles, ni taxis, ni colectivos. No se veía lo que en un lunes se espera, gente dirigiéndose al trabajo, colegiales yendo a las escuelas, negocios abiertos.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
En un comentario sobre un reciente estudio del Institute for the Study of War (ISW), el geopolítico François Soulard señala que “sintetiza muy bien lo que significa moldear el entorno de percepción en un conflicto, en este caso el de Ucrania y del mundo occidental y global. No hay guerra ni acción conflictiva hoy sin esta cognitive warfare (guerra cognitiva)”.
En un comentario sobre un reciente estudio del Institute for the Study of War (ISW), el geopolítico François Soulard señala que “sintetiza muy bien lo que significa moldear el entorno de percepción en un conflicto, en este caso el de Ucrania y del mundo occidental y global. No hay guerra ni acción conflictiva hoy sin esta cognitive warfare (guerra cognitiva)”.
La situación de la justicia en Bolivia es preocupante y refleja un deterioro sistemático que se ha gestado a lo largo de más de dos décadas sobre la base de cuestiones irresueltas que superaron los esfuerzos, pero también las voluntades de los diferentes gobiernos de turno.
La situación de la justicia en Bolivia es preocupante y refleja un deterioro sistemático que se ha gestado a lo largo de más de dos décadas sobre la base de cuestiones irresueltas que superaron los esfuerzos, pero también las voluntades de los diferentes gobiernos de turno.
Recientemente se conoció que, desde hace tres meses, JP Morgan sitúa a Bolivia como la segunda economía con mayor riesgo país en el continente americano, únicamente después de Venezuela. Esta ubicación se suma a las calificaciones de Moody’s, que mantiene para nuestro país el nivel CAA1, y Standard & Poors y Fitch Ratings que incrementaron el índice de riesgo a CCC, uno de las más bajos de la escala.
Recientemente se conoció que, desde hace tres meses, JP Morgan sitúa a Bolivia como la segunda economía con mayor riesgo país en el continente americano, únicamente después de Venezuela. Esta ubicación se suma a las calificaciones de Moody’s, que mantiene para nuestro país el nivel CAA1, y Standard & Poors y Fitch Ratings que incrementaron el índice de riesgo a CCC, uno de las más bajos de la escala.