En el inicio de la temporada primaveral la tendencia es el maquillaje natural. El maquillista Raúl Ramírez revela que este tipo de maquillaje es uno de los más pedidos, pero no se deja de lado el glamour para destacar.
A partir de este concepto, las pieles en tonos bronceados serán la base ideal para impactar.
“Los tonos más bronceados para el maquillaje se han convertido en una forma de expresión. En el make up todo está permitido según los gustos, por lo que veremos estilos más llamativos o una estética más romántica siempre destacando la belleza natural del rostro”, adelanta Ramírez.
De los gustos de cada mujer dependerá la aplicación de mayor color en los ojos o en los labios, pero esto también está relacionado con el look y la ocasión.
Las mujeres vinculadas al ámbito corporativo podrán optar por colores más sobrios y se priorizará el uso de elementos que duren más.
Quienes asistan a un evento casual o un cóctel podrán jugar con los colores de la ropa que vestirán, además del brillo que se puede añadir.
Mas allá de su impacto mediático, el caso Pelicot —cuyo juicio concluyó ayer en Aviñón, Francia, con sentencias de prisión para los 51 condenados por violación a la esposa de uno de ellos— motiva reflexiones acerca de este tipo de sucesos y la manera como la sociedad los percibe.
La crisis multidimensional que sufre nuestro país está empezando a escalar hacia la violencia activa, una de sus manifestaciones más peligrosas que, además de aumentar la inseguridad, revela la debilidad de las instituciones para garantizar el ejercicio armónico de los derechos y deberes ciudadanos.
La crisis multidimensional que sufre nuestro país está empezando a escalar hacia la violencia activa, una de sus manifestaciones más peligrosas que, además de aumentar la inseguridad, revela la debilidad de las instituciones para garantizar el ejercicio armónico de los derechos y deberes ciudadanos.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
“Si no hubiera sido por este movimiento político, el MAS-IPSP, tal vez en este momento estaríamos en una guerra interna, una lucha armada”. La frase pertenece a Evo Morales y fue pronunciada hace cinco meses. En el contexto actual, de múltiples bloqueos evistas con presencia de elementos armados, los dichos del expresidente pueden leerse más como una amenaza que como un diagnóstico, con esta posible traducción: “Devuélvanme el control del partido o desataré el caos”.
“Si no hubiera sido por este movimiento político, el MAS-IPSP, tal vez en este momento estaríamos en una guerra interna, una lucha armada”. La frase pertenece a Evo Morales y fue pronunciada hace cinco meses. En el contexto actual, de múltiples bloqueos evistas con presencia de elementos armados, los dichos del expresidente pueden leerse más como una amenaza que como un diagnóstico, con esta posible traducción: “Devuélvanme el control del partido o desataré el caos”.
El premio Nobel de Economía otorgado a Daron Acemoglu, James Robinson y Simon Johnson, ha generado un gran interés público sobre el cual se han escrito numerosos artículos que resaltan su valiosa contribución a la teoría del desarrollo desde la escuela que destaca la importancia de las instituciones para la prosperidad de las instituciones.
El premio Nobel de Economía otorgado a Daron Acemoglu, James Robinson y Simon Johnson, ha generado un gran interés público sobre el cual se han escrito numerosos artículos que resaltan su valiosa contribución a la teoría del desarrollo desde la escuela que destaca la importancia de las instituciones para la prosperidad de las instituciones.
La idea de que la carencia de valores es la raíz de la corrupción endémica favorece en realidad a quienes se benefician de ella. Cuando surge el descontento popular, la élite de la pirámide clientelista desvía oportunamente la crítica hacia los funcionarios «sin principios», ocultando el hecho de que estos son títeres manejados con los hilos de la dependencia.
La idea de que la carencia de valores es la raíz de la corrupción endémica favorece en realidad a quienes se benefician de ella. Cuando surge el descontento popular, la élite de la pirámide clientelista desvía oportunamente la crítica hacia los funcionarios «sin principios», ocultando el hecho de que estos son títeres manejados con los hilos de la dependencia.