Hoy, 3 de mayo, se conmemora en todo el mundo el Día de la Libertad de Prensa y de Expresión desde 1993, cuando la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) así lo proclamó.
Y es precisamente en la sede de la ONU, donde ayer tuvo lugar una jornada especial dedicada a conmemorar el 30º aniversario de esa declaración y analizar los principales problemas a los que los medios se enfrentan hoy.
En ese marco, el Secretario de General de la ONU advirtió que la “verdad está amenazada” por quienes buscan “difuminar las líneas entre lo real y la ficción “, y denunció el colapso financiero que ha acabado con multitud de medios independientes, el aumento de normas que limitan el trabajo de los periodistas y amplían la censura y los ataques que sufren los informadores.
Hace cuatro semanas, la prensa independiente de Bolivia, apoyada por la sociedad civil, ha conseguido que el Gobierno retire, de un controvertido proyecto de ley enviado al Parlamento, un artículo que pudo haber impuesto una especie de autocensura debido a la amenaza de procesos penales a los periodistas en tribunales ordinarios.
Pero ello no elimina la presión que sufren los medios no oficiales, como “la permanente persecución tributaria a los diarios independientes que defienden la libertad de expresión y el acceso a la información de interés público”, como denuncia la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) que agrupa y representa a la mayor parte de los periódicos y agencias de noticias independientes del país.
Es más, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su visita in loco de fines de abril a Bolivia, constató “la relevancia y despliegue de los medios de comunicación administrados por el Estado y su importante financiación, que contrasta con la crisis de sostenibilidad de los demás medios, así como reportes sobre cuestionamientos a la distribución de la pauta oficial”, como lo anota en su informe de observaciones preliminares.
A la CIDH le “preocupa la escalada de agresiones a periodistas (...), particularmente en Santa Cruz, que incluyeron agresiones físicas severas, la retención contra su voluntad y destrucción de equipos. Pese a la gravedad de estos hechos, persiste la impunidad y falta de investigación y persecución de los agresores por parte de la justicia”.
Todo ello justifica el llamado expresado por la ANP a “la ciudadanía, a defender el trabajo y la independencia editorial de los medios de información porque que sólo esa condición garantiza la búsqueda permanente de la verdad”.
La búsqueda de la verdad y su difusión son la esencia del trabajo de este periódico que hoy, como cada día, renueva su compromiso de defender sin concesiones la que ha sido definida como la libertad sobre la que se sostienen todas las demás libertades.