A pocos días de ser posesionado como comandante Departamental de la Policía de Tarija, el Cnel. José Illanes hizo declaraciones públicas sobre la proliferación de accidentes de tránsito. Se dirigió en especial a los motociclistas, a quienes insinuó repetidas veces que, por favor, se pongan casco para conducir estos vehículos en función de su seguridad y eviten rebasar a otros vehículos en su circulación por las calles y avenidas por el lado derecho, para no provocar hechos que derivan en lesiones y hasta muerte de personas.
¡¿Cómo?! La autoridad policial más importante del departamento, responsable directa de velar por la seguridad ciudadana a través de la aplicación de las leyes, por poco no se pone de rodillas para rogar entre sollozos que por caridad las personas cumplan las leyes. ¿No deberían los policías aplicarles a los motociclistas sin casco y a los que rebasan vehículos por el lado derecho las sanciones que corresponden por tales infracciones y a los que llevan tres y hasta cuatro personas amontonadas en tales movientes de escaso tamaño y a los que no ponen casco a sus acompañantes y a los que siguen moviéndose entre los vehículos parados por la luz roja del semáforo y? ¿Es la función de los policías hacer rogativas para lograr el cumplimiento de las leyes? ¿Desde cuándo en Bolivia las leyes han perdido la característica esencial de toda norma jurídica, la coerción, para convertirse en sugerencias y recomendaciones que cada quien está en la posibilidad de cumplir o no, de acuerdo a su conveniencia, conocimiento e, incluso, estado de ánimo? ¿Cómo es que está sucediendo esto?
No es todo. La misma autoridad policial anunció que se realizarán procesos de capacitación para estos conductores de motocicletas, en los cuales se les dará a conocer el contenido de las normas “vigentes”, concientizándoles acerca de las razones que las sostienen y la importancia de su cumplimiento.
¡¿Cómo?! El comandante asume que las leyes son desconocidas para quienes poseen licencias de conducción de los vehículos de dos ruedas, así que hay que informarles de su contenido. ¿Desde cuándo en Bolivia cualquiera puede alegar ignorancia de la ley? ¿No es parte de los requisitos para la otorgación de las licencias de tránsito la demostración teórica y práctica de las personas de su dominio sobre esa normatividad? ¿Cómo es que está sucediendo esto?
Más allá del comandante, sus declaraciones y las motocicletas, hay una problemática terrible relacionada con vehículos asolando el país. Fulanos, sutanos y menganas, a lo largo y ancho del país, cada comienzo de año se ven en figurillas porque vendieron sus autos y los compradores no pagaron los impuestos, y por orden municipal, son ellos mismos, fulanos, sutanos y menganas, los afectados por un congelamiento de sus cuentas bancarias “hasta que pongan al día sus deudas tributarias”. ¿Por qué los vendedores y no los compradores sufren esa afectación? Porque en Bolivia los vehículos pasan de mano en mano sin que se realice la compraventa con los requisitos y bajo las formas que las leyes establecen. Todo se reduce a los benditos “poderes”.
¡¿Cómo?! Yo, propietaria acreditada del vehículo, le doy un poder al que quiere comprarlo para habilitarle a usar, gozar y disponer de él; y él hace lo mismo con otro; y el otro con otro y así, infinitamente. Pero, como el poder no perfecciona la transferencia del derecho de propiedad ni los deberes que el comprador asume por su compra, yo, propietaria acreditada del vehículo, seguiré apareciendo como obligada a pagar los impuestos. ¿Bajo qué circunstancias y por qué motivos se obvia el cumplimiento de los requisitos y formalidades de la compra venta en este caso? ¿Cómo es que está sucediendo esto?
Y sigue la trama. Hay poderes labrados y extendidos sin que quien aparece firmando se haya enterado siquiera, pero aún los hay a nombre de personas ya fallecidas. En otras palabras: delitos, incluyendo el blanqueo de autos robados.
¡¿Cómo?! Los poderes son labrados y extendidos por los notarios de FE PÚBLICA, y ese nombre quiere decir que ellos aseguran que el contenido de los documentos que firman es verdadero porque así les consta, de manera que su firma da a los ciudadanos certeza. ¿Desde cuándo los notarios no comprueban objetivamente que quien da el poder existe, vive y es la persona que firmará en el registro notarial, de puño y letra, con huellas digitales y fotocopia de carnet de identidad incluidos? ¿Cómo es que está sucediendo esto?
Preguntas retóricas, de respuestas dadas, sin duda alguna. Esto está sucediendo porque desde 2006 en Bolivia comenzó un proceso de putrefacción, de sustitución del bien por el mal, de reinado de la impostura y el cinismo, de abuso y corrupción campantes. Lo que pasa con motocicletas y vehículos es lo mismo que con la interminable cadena de hechos de corrupción, violación de derechos humanos y depredación del medioambiente. Es la degradación de un estado a un sitio, un mero lugar en el mapa, una tierra de nadie. ¿Estamos a tiempo de salvarnos?