En uno de sus mejores trabajos (Antipolítica y neopopulismo), el injustamente olvidado politólogo y filósofo boliviano René Antonio Mayorga reflexionó sobre un problema casi eterno de la política latinoamericana y boliviana: el populismo. Muchas de las críticas del libro, que más bien se refieren a las realidades del Brasil y el Perú, resultan una especie de profecía si tomamos en cuenta lo que sucede hoy en Bolivia.
Mayorga pensaba que uno de los problemas centrales que provocan la emergencia de outsiders —quienes, esgrimiendo discursos incendiarios, se sirven de la democracia representativa para acceder al poder y, una vez en este, la destruyen— estaba en el sistema presidencialista, el cual a) permite la doble función del presidente, que es a la vez jefe de Estado y de gobierno y es elegido a través de voto directo; b) limita al Parlamento, el cual no puede destituir al presidente, y c) otorga a este la facultad de decidir quiénes son parte del gabinete de ministros, sin que cuente necesariamente con la aprobación de los legisladores.
Esas características, según Mayorga, son en gran medida las causantes del caudillismo, la demagogia y lo que él llama neopopulismo, cuyo origen es la antipolítica (una forma de hacer política que se enfrenta a un sistema político supuestamente viejo, corrompido o desacreditado). En el libro, publicado en 1995, el citado autor analiza los fenómenos de Carlos Palenque, Max Fernández y el katarismo, pero las ideas planteadas en Antipolítica y neopopulismo pueden tranquilamente servir para analizar no sólo aquellos fenómenos de fines del siglo XX y el fenómeno actual del MAS, arquetípicos en cuanto al populismo de izquierdas se refiere, sino también otros de la vereda opuesta, a saber, los líderes carismáticos e histriónicos situados en las derechas.
Es interesante analizar el problema estructural de la política boliviana en función del problema que plantea Mayorga: el presidencialismo. Este es un fenómeno que puede tener antecedentes solapados en la cultura caudillista y autoritaria que viene de antiguo (siglos XVIII y XIX); ya que en el sistema presidencialista, a diferencia del parlamentarista, no se delega tanto poder decisorio a los legisladores, y la figura política fuerte (el jefe, el pater familias) sigue agazapada en el presidente, que es elegido a través de voto directo por el “pueblo”.
Consecuentemente, dado que el sistema presidencialista se centra en el (candidato a) presidente, las listas de candidatos a legisladores se conforman con elementos humanos de bajo nivel intelectual y ético pues sería inútil la promoción de nuevos cuadros o valores pensantes, ya que estos no sirven tanto en un sistema en el que el Parlamento no tiene tantas facultades. La pelea se da, entonces, entre las figuras presidenciables, que normalmente pronuncian discursos encendidos, populacheros o demagógicos, que apuntan a lo folklórico antes que al contenido razonado del horizonte-país al que se quisiera llegar.
Hoy, en los medios de comunicación se ve a los precandidatos presidenciales polemizando sobre la política económica boliviana (cambio de modos de producción, exploración de campos gasíferos y reducción de aranceles, entre otras cosas), pero no sobre aquellos otros asuntos estructurales, como el sistema más conveniente que debería adoptar el país (presidencialista o parlamentarista), cuyo cambio merecería una nueva asamblea constituyente, para una nueva Constitución Política del Estado. Cabe advertir que hoy —dado que la izquierda es la que está en el poder ya por varios lustros (con resultados nada exitosos)— la antipolítica no la hacen ya los movimientos sociales o los partidos de izquierdas, otrora contestatarios, sino las derechas o los liberales encarnados en nuevos partidos o en grupos políticos embrionarios aún no bien organizados.
Ahora bien, hay que recordar que otros países latinoamericanos, como Chile y Costa Rica por nombrar sólo dos, también son presidencialistas y no por ello tienen democracias endebles, por lo cual achacar al presidencialismo toda la culpa de las imperfecciones de la democracia resultaría injusto. Gran parte de la explicación de las calamidades que padecen las frágiles democracias, como la boliviana o la peruana, está en factores históricos que vienen de muy atrás, como el autoritarismo de los imperios inca y español (resabio este último de la influencia musulmana) o, en el caso de Bolivia particularmente, el constante aislamiento en que vive sumida la sociedad o la beligerancia entre el histórico grupo nacional-popular (cuyo centro son los Andes) y el liberal-conservador (asentado primordialmente en el oriente).
Las explicaciones de la disfuncionalidad de los partidos y su correlato, el populismo, son muy diversas, pero un análisis razonado de estos fenómenos puede contribuir gradualmente al perfeccionamiento de las estructuras políticas sobre las cuales se elige a los gobernantes.
Bolivia vive en crisis permanente, marchando al abismo para detenerse, desandar camino y reemprenderlo en igual dirección. Una y otra vez. Como un adicto a la adrenalina, “la hormona del estrés”, indispensable para vivir. A veces, hasta morir. Al final del siglo XX, esa incesante dinámica se alimentó de resentimientos nuevos, invencibles. Como el racial.
Bolivia vive en crisis permanente, marchando al abismo para detenerse, desandar camino y reemprenderlo en igual dirección. Una y otra vez. Como un adicto a la adrenalina, “la hormona del estrés”, indispensable para vivir. A veces, hasta morir. Al final del siglo XX, esa incesante dinámica se alimentó de resentimientos nuevos, invencibles. Como el racial.
Cada país tiene un deporte nacional: la India el cricket, Nueva Zelanda el rugby, el Salvador las pandillas (lo tuvo y lo superó), Brasil el fútbol y Bolivia los bloqueos.
El deporte de los bloqueos consiste en impedir el paso por una carretera a vehículos de todo tamaño, permitiendo únicamente el paso de peatones con sus pertenencias.
El bloqueo tiene características muy peculiares, que paso a detallar.
Cada país tiene un deporte nacional: la India el cricket, Nueva Zelanda el rugby, el Salvador las pandillas (lo tuvo y lo superó), Brasil el fútbol y Bolivia los bloqueos.
El deporte de los bloqueos consiste en impedir el paso por una carretera a vehículos de todo tamaño, permitiendo únicamente el paso de peatones con sus pertenencias.
El bloqueo tiene características muy peculiares, que paso a detallar.
La situación en Bolivia ha llegado a un punto crítico. El país entero está bloqueado por los seguidores de Evo Morales, quien enfrenta serias denuncias por estupro, trata y tráfico, que en mi criterio se debería considerar el delito de violación, porque al comprobarse culpabilidad, Evo Morales, en resumidas cuentas, resultaría un violador. Esta situación ha generado una crisis de desabastecimiento que está afectando a millones de bolivianos, quienes sufren la escasez de gasolina, diésel y alimentos.
La situación en Bolivia ha llegado a un punto crítico. El país entero está bloqueado por los seguidores de Evo Morales, quien enfrenta serias denuncias por estupro, trata y tráfico, que en mi criterio se debería considerar el delito de violación, porque al comprobarse culpabilidad, Evo Morales, en resumidas cuentas, resultaría un violador. Esta situación ha generado una crisis de desabastecimiento que está afectando a millones de bolivianos, quienes sufren la escasez de gasolina, diésel y alimentos.
Con mucho orgullo, hace más de 30 años tuve el placer de escribir una nota sobre Misha Pless, reconociendo su extraordinaria capacidad intelectual. Pless, nacido en Cochabamba el 25 de noviembre de 1962, se destacó desde muy joven como un estudiante excepcional en el Colegio Americano, donde fue el mejor alumno desde su primer día hasta el último. Debido a su sobresaliente desempeño académico, sus compañeros de colegio lo apodaban cariñosamente “chalpiri”
Con mucho orgullo, hace más de 30 años tuve el placer de escribir una nota sobre Misha Pless, reconociendo su extraordinaria capacidad intelectual. Pless, nacido en Cochabamba el 25 de noviembre de 1962, se destacó desde muy joven como un estudiante excepcional en el Colegio Americano, donde fue el mejor alumno desde su primer día hasta el último. Debido a su sobresaliente desempeño académico, sus compañeros de colegio lo apodaban cariñosamente “chalpiri”
GARY A. RODRÍGUEZ
No se imaginan la satisfacción con la que escribo esta columna, en momentos cuando aún hay quienes pretenden tapar el sol con un dedo, para negar lo que la evidencia histórica y estadística confirma, que el Modelo de Desarrollo Cruceño existe, y es exitoso.
No se imaginan la satisfacción con la que escribo esta columna, en momentos cuando aún hay quienes pretenden tapar el sol con un dedo, para negar lo que la evidencia histórica y estadística confirma, que el Modelo de Desarrollo Cruceño existe, y es exitoso.
EDWIN CACHO HERRERA SALINAS
¡Cómo pasa el tiempo! Dentro de 15 días, el próximo 8 de noviembre, Luis Arce pronunciará su penúltimo discurso-informe como presidente del Estado en el período constitucional 2020-2025. Habrá completado cuatro años de un gobierno masista sin Evo Morales al frente. Seguramente el acento estará puesto en el Bicentenario de la fundación de la República con cifras edulcoradas, se despachará un par de loas al proceso de industrialización y tal vez intente mostrar que tenemos un horizonte de prosperidad.
¡Cómo pasa el tiempo! Dentro de 15 días, el próximo 8 de noviembre, Luis Arce pronunciará su penúltimo discurso-informe como presidente del Estado en el período constitucional 2020-2025. Habrá completado cuatro años de un gobierno masista sin Evo Morales al frente. Seguramente el acento estará puesto en el Bicentenario de la fundación de la República con cifras edulcoradas, se despachará un par de loas al proceso de industrialización y tal vez intente mostrar que tenemos un horizonte de prosperidad.
RONNIE PIÉROLA GÓMEZ
Mi padre siempre me aclaró que existen tres tipos de mentiras: las grandes, las pequeñas y las estadísticas; también me explicó que para muestra basta un botón, y un día yo me di cuenta que tristemente Bolivia era un país que solía tener varias mentiras que abotonar.
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Ha quedado documentalmente probado que Evo Morales es un estuprador.
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RUDDY ORELLANA V.
Identidad cultural es la reunión de distintivos propios de una sociedad que, a través de manifestaciones, complejas y variadas, permiten a sus individuos identificarse como miembros de ese colectivo. Simultáneamente, también está presente la diferenciación de otros grupos culturales que, sin duda, forman parte de un todo.
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EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
Además de constituir una grave confesión de parte, las declaraciones del exministro de la presidencia de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, definiendo a los bloqueos que impulsa su sector político como “rituales que exigen sangre”, parecen confirmar lo comentado en una nota de marzo de este año, donde citábamos la “teología del crimen organizado” de la que habla el antropólogo mexicano Claudio Lomnitz.
Además de constituir una grave confesión de parte, las declaraciones del exministro de la presidencia de Evo Morales, Juan Ramón Quintana, definiendo a los bloqueos que impulsa su sector político como “rituales que exigen sangre”, parecen confirmar lo comentado en una nota de marzo de este año, donde citábamos la “teología del crimen organizado” de la que habla el antropólogo mexicano Claudio Lomnitz.