Desde las primeras horas de la mañana, las Fuerzas Armadas se han desplegado en las estaciones de servicio de diversas ciudades del país con el objetivo de supervisar y controlar la venta de combustibles. Esta medida, adoptada por el presidente Luis Arce, responde a la sobredemanda de diésel oil y gasolina que ha generado especulación y preocupación entre la población.
Durante una conferencia de prensa realizada anoche en la Casa Grande del Pueblo, en la ciudad de La Paz, el presidente Arce explicó la decisión. "Hemos instruido a las Fuerzas Armadas que puedan coadyuvar en el abastecimiento (...) Van a ver estaciones de servicio y fronteras, control militar para que el alimento no salga", afirmó el mandatario, subrayando la importancia de esta intervención para garantizar el suministro adecuado de combustibles y evitar el desvío hacia actividades ilícitas como el contrabando.
En Cochabamba, un equipo de Los Tiempos constató la presencia de efectivos de la Policía Militar en varias estaciones de servicio. Bajo la atenta mirada de los propietarios de vehículos que formaban largas filas para abastecerse de combustible, los militares realizaban las labores de control correspondientes. Situaciones similares se replican en las capitales de otros departamentos, según evidencian diversas publicaciones en redes sociales.
De acuerdo con datos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), en el país existen más de 500 estaciones de servicio que comercializan gasolina y diésel. Este último producto es el que más demanda ha tenido en los últimos días, exacerbando la necesidad de medidas de control y vigilancia.
La intervención militar ha sido bien recibida por la ciudadanía, que la considera una medida necesaria para frenar el desvío de combustibles hacia actividades ilegales. Los habitantes confían en que la presencia de los militares garantizará un abastecimiento justo y ordenado, evitando así la escasez y las largas esperas que han caracterizado los últimos días.
Esta acción del Gobierno se enmarca en una serie de esfuerzos para estabilizar el mercado de combustibles y asegurar que los recursos lleguen a quienes realmente los necesitan, en un contexto de alta demanda y creciente especulación. La vigilancia en las estaciones de servicio y en las fronteras es crucial para mantener el control sobre el flujo de combustibles y proteger los intereses de la población.
Mientras tanto, las autoridades continúan monitoreando la situación y no descartan la implementación de nuevas medidas para enfrentar posibles desafíos en el suministro de combustibles. La cooperación entre las Fuerzas Armadas y la población será fundamental para superar esta etapa de crisis y restablecer la normalidad en el país.