La demanda de electricidad en Bolivia crece a un ritmo del 5 por ciento anual, impulsada por el aumento poblacional y el dinamismo económico, según Álvaro Herbas, gerente de ENDE Valle Hermoso, subsidiaria de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) Corporación.
A pesar de este crecimiento, Bolivia mantiene un excedente significativo: una capacidad instalada de más de 3 mil megavatios frente a una demanda interna de 1.600 megavatios. Este superávit energético permite la posibilidad de exportar electricidad a países vecinos y refleja los avances en infraestructura energética, así como los retos de interconexión interna.
Herbas destacó que el proyecto hidroeléctrico Ivirizu, con una capacidad proyectada de 290 megavatios y una inversión de 602 millones de dólares, ampliará la oferta eléctrica y potenciará las exportaciones. Esta obra contribuirá no sólo a satisfacer la creciente demanda interna, sino también a abastecer mercados como Argentina y Brasil.
En sus últimas etapas de construcción, el proyecto Ivirizu registra avances significativos en infraestructuras como el vertedero y la presa, que estará lista para embalsar agua en febrero próximo. Se prevé que la hidroeléctrica esté plenamente operativa en un año, incorporando aproximadamente una quinta parte de la demanda eléctrica actual al Sistema Interconectado Nacional (SIN).
Exportación
El excedente energético posiciona a Bolivia como un potencial exportador en el mercado regional. Las negociaciones con Brasil están en una fase avanzada, mientras que la infraestructura existente facilita las exportaciones hacia Argentina. Este desarrollo no sólo diversifica las fuentes de ingreso del país, sino que también refuerza su papel como proveedor confiable de energía en Sudamérica.
Sin embargo, el departamento de Pando sigue desconectado del SIN debido a su ubicación remota. Este desafío técnico y logístico está siendo abordado mediante estudios que buscan integrar a esta región en el corto plazo, mejorando la equidad en el acceso a la energía.
Bolivia mantiene una de las tarifas eléctricas más bajas de la región, gracias a subsidios estatales y al desarrollo de proyectos hidroeléctricos como Ivirizu y Miguillas, en el departamento de La Paz. Estas iniciativas contribuyen a diversificar las fuentes de generación y a reducir la dependencia del gas, garantizando precios accesibles y sostenibles en el futuro.