La presencia masiva de extranjeros en la misa central de la Virgen de Urkupiña en Quillacollo demostró, ayer, que la devoción no tiene fronteras y pasa por generaciones.
La expresión de fe crece en Argentina, Perú y Brasil por los testimonios de los devotos y el traslado de imágenes de la virgen, según varios turistas que llegaron a Quillacollo, que busca convertirse en una ciudad santuario que reciba peregrinos todo el año.
Es el caso de Norma Herrera Ugarte, una devota de Lima, Perú, que peregrina hace 18 años para agradecer por su salud y pedir protección para toda su familia a la mamita.
Manifestó que el conocer a la Virgen de Urkupiña fue una bendición, porque le permitió superar diferentes dificultades. “Tenía un problema con mi hija y ella fue quien me la presentó, le habían obsequiado una imagen de la madre en Cuzco por su graduación, desde allí vengo a agradecerle”, mencionó.
Norma contó que otros milagros que aumentaron su fe en la Patrona de la Integración fueron que se le descartaron un diagnóstico de cáncer y logró recuperar su salud, luego de un accidente en el que se fracturó dos costillas.
Sostuvo que su inquietud por compartir su fe con sus hijos, nietos y vecinos la impulsó a encargar una réplica de la imagen, que por tercer año viajó en avión para recibir la bendición en el templo.
Acompañada de su hijo y otros familiares, la peregrina lloró de emoción y madrugó para escuchar en primera fila la misa presidida por el arzobispo de Cochabamba, Oscar Aparicio.
En la multitud también se evidenció la expresión de fieles de diferentes departamentos, especialmente, que llegaron para pedir y agradecer a la Virgen de Urkupiña.
En tanto, la procesión de la imagen alrededor de la plaza se realizó en la plaza 15 de Agosto sobre con la ayuda de una base de madera que fue sostenida por los extremos y ya no en un vehículo por la peatonalización de este espacio. El anhelo de ver a la virgen recorriendo las calles de Quillacollo llenó la plaza de peregrinos.
Fraternos cumplen promesa por 2do día
Los danzarines de las 81 fraternidades ayer derrocharon nuevamente alegría y color a lo largo de 4,5 kilómetros para cumplir con el compromiso de peregrinar bailando.
Fieles peregrinan 16 kilómetros este viernes
La caminata al calvario es uno de los actos centrales de la festividad. Los devotos acostumbran a trasladarse de la catedral metropolitana de la ciudad de Cochabamba hasta el cerro de Cota de Quillacollo.