El presidente ruso, Vladímir Putin, ha lanzado un “aviso” nuclear a Occidente para que no autorice a Ucrania el empleo de misiles de largo alcance, con la aprobación de una nueva doctrina que permite respuestas nucleares a ataques convencionales contra los territorios de Rusia y Bielorrusia.
“Es un aviso que advierte de las consecuencias en caso de que esos países participen en un ataque contra nuestro país por diversos medios, no obligatoriamente nucleares”, dijo ayer Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Putin dio la orden de introducir cambios en la doctrina nuclear debido a que la situación político-militar en el mundo “está cambiando activamente”, lo que propicia la aparición de “nuevas fuentes de amenaza militar y riesgos para Rusia y sus aliados”.
Putin ya había sugerido hacía varios meses esa posibilidad, pero no se decidió a anunciar la nueva doctrina hasta que Moscú concluyó que, en realidad, la OTAN ya tomó hace mucho tiempo la decisión política de permitir que Kiev golpee objetivos en territorio ruso con sus misiles.
El miércoles, durante la reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, destacó que “se amplió la categoría de Estados y alianzas militares” y “el listado de amenazas militares” contra las que se llevarán a cabo “acciones de disuasión nuclear”, en alusión a la tríada rusa (misiles intercontinentales, submarinos atómicos y aviones estratégicos).
Al respecto, Peskov subrayó ayer que la nueva doctrina está dirigida “a los países inamistosos”, en alusión a los miembros de la OTAN.