Cientos de latinoamericanos tratan de reponerse del peor temporal de este siglo en España, que ha castigado especialmente a Valencia (este) y provocó al menos 155 muertos (hasta el cierre de esta edición) y daños multimillonarios, mientras la Policía y los equipos de socorro se abren paso entre el lodo para entregar suministros básicos a los afectados.
El temporal impactó especialmente en municipios de la corona metropolitana de la ciudad de Valencia, como Paiporta, donde varios cientos de colombianos seguían ayer atrapados.
Con los cortes de luz y las comunicaciones caídas, las tareas de búsqueda se complican, y amigos y familiares de afectados recurrieron a las redes sociales para buscarlos.
Ni agua ni alimentos
En estas circunstancias, conseguir alimentos y agua potable se ha convertido en todo un reto vital, reconoce la hondureña Yesenia Zelaya.
“La gente va como loca en las calles, desesperada, buscando de todo”, pero en los supermercados no queda “nada de nada”, relató a EFE en una conversación telefónica desde su vivienda, en una cuarta planta de un edificio de cinco de Paiporta, considerada la zona cero de las inundaciones.
En este municipio, con decenas de víctimas mortales, en las últimas horass de ayer volvió la electricidad y las comunicaciones móviles se recuperan poco a poco.
“Aquí estamos, intentando ver qué conseguimos para la comida y para sobrevivir” porque las tiendas están “totalmente desabastecidas”, describió Yesenia, mientras que algunos establecimientos son saqueados.
Mientras, un gran despliegue de personal con vehículos y helicópteros sigue buscando a decenas de desaparecidos entre toneladas de barro y escombros.
La tragedia saca lo mejor y lo peor
La tragedia está sacando lo peor y lo mejor del ser humano y, en el primer caso, figuran los detenidos por robos, hurtos o pillajes aprovechando el caos que reina en distintos puntos afectados.
La Fiscalía Provincial de Valencia pedirá prisión provisional para todos los detenidos por su actitud “intolerable, moral y penalmente”, teniendo en cuenta el “desamparo de las víctimas, con desprecio a las mismas e intentando la impunidad”.
No obstante, también motivó una oleada de solidaridad que se manifiesta en la colecta de materiales y dinero para ayudar a las personas afectadas por la catástrofe y otras iniciativas de apoyo.
Los equipos de emergencia ayudan a rescatar a los heridos y ancianos de las casas inundadas. A algunas zonas solo se puede llegar en helicóptero, las carreteras están bloqueadas por el barro y los escombros.
Mucha gente se ha visto obligadas a abandonar sus hogares y buscar albergue con amigos y familiares, o en refugios de emergencia.