Bolívar goleó anoche 4-1 a The Strongest, en el clásico paceño 299 de la historia del profesionalismo, y dio un paso fundamental hacia la obtención del título del Torneo Clausura, al cabo de la fecha 26 y que se jugó en el estadio Hernando Siles.
Con siete puntos de ventaja y un partido más, la Academia paceña solo deberá administar correctamente la diferencia sobre el Aurinegro para llegar a la Gran Final ante San Antonio y pelear el título nacional de la temporada.
Michael Ortega (14’ PT, de penal), abrió la cuenta para The Strongest, pero una ráfaga de buen fútbol llevó a Bolívar a igualar a los 28’ PT por intermedio de Carlos Melgar.
Bruno Sávio (42’ PT) volcó el marcador para los celestes, que en el segundo tiempo sentenciaron la brega con goles de Ramiro Vaca (7’ ST) y Fabio Gomes (14’ ST) para el triunfo celeste 4-1.
¿Usted sabía que el 40 por ciento de la superficie total de Bolivia, de una extensión de 1.089.581 km2, es montañosa y que más de la mitad de población vive en estos lugares? De ahí que esa sea una de las razones para conservar a estos gigantes de piedra.
ANDRÉS GÓMEZ VELA
La democracia nace no sólo como un gobierno del pueblo, sino como un sistema político para limitar el poder. Sí. Hay evidencias históricas.
Un papiro descubierto en 1890 en al-Hiba (El Hiba), Egipto, narra que un diplomático de la ciudad de Tebas, llamado Unamón, viajó por barco alrededor del año 1100 a. C. al próspero puerto fenicio de Biblos, 700 km al oriente de Atenas. Ahí, Unamón compró a los mercaderes madera fina de los bosques de robles de las montañas cercanas.
La democracia nace no sólo como un gobierno del pueblo, sino como un sistema político para limitar el poder. Sí. Hay evidencias históricas.
Un papiro descubierto en 1890 en al-Hiba (El Hiba), Egipto, narra que un diplomático de la ciudad de Tebas, llamado Unamón, viajó por barco alrededor del año 1100 a. C. al próspero puerto fenicio de Biblos, 700 km al oriente de Atenas. Ahí, Unamón compró a los mercaderes madera fina de los bosques de robles de las montañas cercanas.
RÓGER CORTEZ HURTADO
La ansiedad continua, del brazo de la depresión, es la manifestación de alteración mental más difundida en las sociedades capitalistas. El capitalismo boliviano, que ha avanzado territorialmente a máxima velocidad desde el año 2006, no se zafa de esta constante que —ahora, en su momento de torsión y agudización de dilemas— se inflama llevando nuestro ánimo al filo del espanto.
La ansiedad continua, del brazo de la depresión, es la manifestación de alteración mental más difundida en las sociedades capitalistas. El capitalismo boliviano, que ha avanzado territorialmente a máxima velocidad desde el año 2006, no se zafa de esta constante que —ahora, en su momento de torsión y agudización de dilemas— se inflama llevando nuestro ánimo al filo del espanto.
Una colega periodista, doña Verónica Ormachea titulaba una de sus últimas columnas “¿Es Bukele un dictador?”. Si bien en el contenido del texto no se argumenta la supuesta calidad dictatorial del presidente salvadoreño y más se hace notar lo positivo de varias de sus medidas y políticas en la reducción de la violencia y en beneficio de la población, el titular —llamativo por cierto— deja abierta la interrogante y ello motiva el presente texto.
Una colega periodista, doña Verónica Ormachea titulaba una de sus últimas columnas “¿Es Bukele un dictador?”. Si bien en el contenido del texto no se argumenta la supuesta calidad dictatorial del presidente salvadoreño y más se hace notar lo positivo de varias de sus medidas y políticas en la reducción de la violencia y en beneficio de la población, el titular —llamativo por cierto— deja abierta la interrogante y ello motiva el presente texto.
ARTURO YÁÑEZ CORTÉS
Aunque me estaba antojando opinar sobre el repugnante espectáculo que la Asamblea Legislativa viene poniendo en escena estos días (en realidad la clase política, pues muchos de ellos son simplemente burdas marionetas de otros nefastos personajes), escojo algo muchísimo más grato: me refiero al espectáculo —en el cabal sentido de la palabra— brindado en la edición 2024 del Festival Viña del Mar por el, a mi juicio, más grande de todos los tiempos: el gran maestro Italiano Andrea Bocelli.
Aunque me estaba antojando opinar sobre el repugnante espectáculo que la Asamblea Legislativa viene poniendo en escena estos días (en realidad la clase política, pues muchos de ellos son simplemente burdas marionetas de otros nefastos personajes), escojo algo muchísimo más grato: me refiero al espectáculo —en el cabal sentido de la palabra— brindado en la edición 2024 del Festival Viña del Mar por el, a mi juicio, más grande de todos los tiempos: el gran maestro Italiano Andrea Bocelli.