Las representantes cochabambinas, Anahí Torrico, Miss Teen Cochabamba, y Jimena Rojas, Señorita Teen Cochabamba, se preparan con entusiasmo para competir en el certamen nacional del Miss Teen Bolivia 2024. Bajo el sello de Promociones Gloria, el evento se llevará a cabo en la ciudad de La Paz, donde ambas jóvenes buscan brillar en el escenario y llevar en alto el nombre del departamento.
Charles Nozza y Juan Pablo Tapia, están a cargo de la preparación de las candidatas. Con años de experiencia y visión en el mundo de la belleza, trabajan para que ambas destaquen en este importante evento que estará bajo la dirección de Maritza Blanco.
El país acaba de atravesar la peor temporada de incendios forestales de su historia reciente. Un total de más de 10 millones de hectáreas fueron consumidas por el fuego en los departamentos de Santa Cruz y Beni, superando en escala y destrucción a la catástrofe de 2019, cuando las llamas arrasaron 6 millones de hectáreas.
La indignación general que causó la presentación de los resultados preliminares del Censo 2024 es el resultado de la desconfianza ciudadana en el gobierno, el rechazo a la manipulación y al uso político de la información pública, y la confirmación de la ineficiencia de las instituciones encargadas de la actualización, procesamiento y publicación de los datos que maneja el Estado Plurinacional.
La indignación general que causó la presentación de los resultados preliminares del Censo 2024 es el resultado de la desconfianza ciudadana en el gobierno, el rechazo a la manipulación y al uso político de la información pública, y la confirmación de la ineficiencia de las instituciones encargadas de la actualización, procesamiento y publicación de los datos que maneja el Estado Plurinacional.
Mientras el gobierno nos distrae con un referéndum mañudo y el acomodadizo ejecutivo de la COB propone medidas descabelladas para “proteger la economía”, los ciudadanos estamos cada día más pobres. Ante este horizonte difuso, lleno de problemas y preocupaciones y contaminado de humo de chaqueo, las alcaldías harían bien en girar el timón y, en corto plazo, darnos la posibilidad de reanimar nuestra economía. Mejor aún: generar economía de barrio por primera vez en la historia municipal. ¿Cómo?
Mientras el gobierno nos distrae con un referéndum mañudo y el acomodadizo ejecutivo de la COB propone medidas descabelladas para “proteger la economía”, los ciudadanos estamos cada día más pobres. Ante este horizonte difuso, lleno de problemas y preocupaciones y contaminado de humo de chaqueo, las alcaldías harían bien en girar el timón y, en corto plazo, darnos la posibilidad de reanimar nuestra economía. Mejor aún: generar economía de barrio por primera vez en la historia municipal. ¿Cómo?
CARLOS HUGO MOLINA
Frente a la crisis, afirmamos que Bolivia puede vivir del turismo, que la voluntad está sembrada y las pruebas están en todo el territorio nacional, como lo venimos acompañando en la Chiquitanía, Tiwanaku, Riberalta, Samaipata, San Ignacio de Moxos, San Ignacio de Velasco, Chuquisaca con la celebración del Bicentenario y lo ratificamos en Pando la semana pasada.
Frente a la crisis, afirmamos que Bolivia puede vivir del turismo, que la voluntad está sembrada y las pruebas están en todo el territorio nacional, como lo venimos acompañando en la Chiquitanía, Tiwanaku, Riberalta, Samaipata, San Ignacio de Moxos, San Ignacio de Velasco, Chuquisaca con la celebración del Bicentenario y lo ratificamos en Pando la semana pasada.
El presidente dice que el modelo aplicado por el MAS desde hace 18 años sigue dando buenos resultados. Es decir que los problemas que afectan a la economía son consecuencia de una estrategia de desarrollo “fantasma”, que opera desde una suerte de clandestinidad y se filtra en las estadísticas sin otro afán que el de crear la sensación — sólo la sensación— de que todo está mal.
El presidente dice que el modelo aplicado por el MAS desde hace 18 años sigue dando buenos resultados. Es decir que los problemas que afectan a la economía son consecuencia de una estrategia de desarrollo “fantasma”, que opera desde una suerte de clandestinidad y se filtra en las estadísticas sin otro afán que el de crear la sensación — sólo la sensación— de que todo está mal.