Muchas personas aún no creen lo que sucedió el pasado miércoles, cuando un contingente militar tomó la plaza Murillo de La Paz y embistió con un tanque la puerta principal del Palacio Quemado. El excomandante del Ejército Juan José Zúñiga se halla detenido en celdas policiales junto a una veintena de personas que, según la Policía, la Fiscalía y el Gobierno, organizaron esta reprochable e inimaginable escena, la cual no sólo causó un gran daño a la institucionalidad de Bolivia, sino que ha repercutido a otros ámbitos. En primer lugar, a las Fuerzas Armadas, ya que, si bien no todos los militares estuvieron involucrados en el incidente, el que el Comandante General del Ejército haya liderado esta acción contra el Gobierno legalmente constituido ha generado gran preocupación. Por ejemplo, el impacto más visible ha sido reportado por los medios de comunicación en distintos departamentos, mostrando largas filas de personas retirando dinero de los cajeros automáticos.
La directora de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), Ivette Espinoza, informó que entre las 16:00 y las 18:00 del miércoles, varios consumidores financieros acudieron a los cajeros automáticos y retiraron alrededor de 200 millones de bolivianos, lo que representa menos del 1 por ciento del total de depósitos. Por tanto, dijo, no se puede hablar de una corrida bancaria.
También se observaron largas filas de vehículos en las estaciones de servicio de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, entre otros lugares, para cargar gasolina y diésel. Sin embargo, la situación se normalizó después de algunas horas. YPFB informó que el país cuenta con casi 50 millones de litros de combustible en tránsito para abastecerse.
Los mercados y supermercados se vieron abarrotados de personas que buscaban abastecerse de productos, y en muchos casos se denunció que los precios de productos básicos para las familias bolivianas, como arroz, azúcar, papa y carne de pollo, aumentaron considerablemente.
A medida que pasaron las horas, la situación se normalizó, pero la movilización militar ha dejado una mala imagen de Bolivia a nivel internacional, afectando directamente y de manera severa a las inversiones extranjeras, como afirmó el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez. “La inestabilidad como imagen es lo peor que podemos proyectar hacia el exterior, en un momento en el que necesitamos atraer capital extranjero para invertir”, expresó Rodríguez.
Es crucial fortalecer la institucionalidad y el respeto a la democracia, lo que repercutirá favorablemente en la imagen de Bolivia frente a los países vecinos y la comunidad internacional, que sigue de cerca las noticias que surgen en nuestro territorio. Por lo tanto, depende de cada uno trabajar por el bien del país.