Al indignado “Bolivia dijo no” erupcionando desde los corazones para hacerse grito estentóreo exiliando de las calles al tirano que había pisoteado la voz del pueblo sentenciando el 21f, le siguió la certeza de que se le derrotaría en las urnas. Cuando el fraude se hizo evidente abrió paso al clamor de la protesta reclamando “mi voto se respeta, carajo”, combinado con la saya de la resistencia: “¿Quién se rinde? ¡nadie se rinde! ¿quién se cansa? ¡nadie se cansa! ¿Evo de nuevo? ¡huevo, carajo!”
Cual éxodo hacia la libertad, cada marcha superó a la anterior. Las decenas se hicieron centenas y éstas, millares… y millares… y millares, emergiendo en mosaico de formas, sonidos y colores desde socavones, campiñas, pueblos y ciudades. A los de mediana edad se sumaron los más y los menos jóvenes, reviviendo un pasado de lucha los unos, inaugurando su presente de resistencia los otros.
Ratificaron y renovaron cánticos, estribillos y consignas, hicieron vídeos, memes y mensajes, envolviendo al mundo como cintas ensortijadas. Ganaron calles y avenidas rumbo a la victoria; ganaron atención y respeto del público atónito cuya incredulidad derivó en simpatía, preludio de su pronta adhesión. Las voces formaron un coro potente de gargantas enronquecidas que llegó hasta el último confín del territorio y, desafío mayor, de la conciencia.
Los cabildos, océanos humanos, se alimentaron desde los cuatro puntos cardinales en travesía peregrina de la masa aspirante a pueblo. Los ciudadanos se plantaron con valor y gallardía poniendo cara ante el régimen oprobioso decidido a perpetuarse en el poder consumando su impostura. Las personas inauguraron la oración ecuménica inédita y extrema, al amparo de un Cristo o de una Virgen, con un rosario o una Biblia en las manos o con la fuerza de los mantras repetidos, incluidos el Padre Nuestro y el Avemaría, de rodillas, con ojos cerrados buscando adentro la salida. Como niños ante el peligro. Entregados en cuerpo y alma a la protección de lo invisible que para unos es y para otros no, siendo de cualquier modo… estando…
Se plantaron en esquinas y rotondas iniciando un tiempo de sacrificio colectivo de efectos inmediatos, acumulativos y severos, sobre todos y cada uno de ellos mismos. Es que lo que bien vale bien se paga, cueste lo que cueste. Bajo sol inclemente, lluvia y granizo, con hambre y con sed, fueron testimonio de que nadie quería indulgencias con avemarías ajenas. La masa con vocación de pueblo estaba además expiando en conjunto las afrentas a la vida, a la naturaleza y a la dignidad de todos y cada uno de los ofendidos por los ataques provenientes del oscuro poder luchando por reproducirse otra vez.
La masa en pos de ser pueblo estaba demostrándose a sí misma que podía redimirse ante sus ojos, sufriendo en carne propia por las faltas y omisiones suyas y de otros, mientras luchaba, liberándose para liberar, dejando de ser para ser, renovada, renacida al despertar su conciencia, eternamente, sin retorno posible, firme ante las amenazas y el asedio de la delincuencia.
Las pititas libertarias cosieron esquina a esquina, rotonda a rotonda, y ante la arremetida de las hordas violentas lanzadas en su contra para reducir por el terror, se convirtieron en red solidaria de fraterna protección dibujando un mapa de esperanza con jaspes inevitables de incertidumbre y de temor. En medio florecieron afectos fraternos, se llamaron por sus nombres y los rostros se tornaron familiares; fundaron hogares que acogieron a policías rehaciéndose después de tanta humillación, revelándose hombres y mujeres yacentes debajo de trapos de cualquier color.
Surgió organización, con turnos y relevos, puntos de recolección de agua y comida, un parlante o megáfono y cada tanto uno de los Gandhi, algunos apenas saliendo de la adolescencia, recordó que “somos un movimiento ciudadano de resistencia pacífica contra el fraude, defendiendo nuestro voto y la democracia, aquí no se aceptan expresiones de odio o racistas, nuestra fuerza es la paz de la protesta. Hay que estar alertas, cualquiera que incite a la violencia es infiltrado y tenemos que escoltarlo lejos de aquí”.
Como pocas veces antes, el paisaje se tiñó de tricolor envolviendo cuerpos y almas afirmando las individualidades, disolviéndolas en un todo donde cada uno se reconoce reconociendo a los demás, con identidad boliviana en el abrazo de oriente y occidente.
La masa alumbró su renacimiento. Decretó la hora de hacer presente lo tantas veces repetido y hecho carne viva en los corazones: “¡Morir antes que esclavos vivir!”… ¡más fuerte!… “¡¡¡Morir antes que esclavos vivir!!!”… ¡más fuerte!… “¡¡¡¡¡Morir antes que esclavos vivir!!!!!”, y a las 5 de la tarde del 10 de noviembre de 2019, efeméride de Potosí, tierra de rebeldes, efeméride de Bolivia desde entonces, después de 21 días de lucha pacífica, sobre la sangre de sus muertos a manos terroristas, sobre el sudor de sus desvelos de días y noches, sobre las lágrimas de dolor, desesperación y victoria, la masa se hizo pueblo. Y se volverá a hacer.
IGNACIO VERA DE RADA
El mundo de hoy avanza sin duda alguna mucho más rápido que el de nuestros abuelos y bisabuelos, y muchísimo más rápido que el de hace tres o cuatro siglos. El de hace miles de años debió ser muy lento, casi estático. Pequeñas comunidades humanas, dispersas unas de otras, debieron conformar, pues, un mundo relativamente fácil de entender, o al menos mucho más fácil de entender que el de la actualidad.
El mundo de hoy avanza sin duda alguna mucho más rápido que el de nuestros abuelos y bisabuelos, y muchísimo más rápido que el de hace tres o cuatro siglos. El de hace miles de años debió ser muy lento, casi estático. Pequeñas comunidades humanas, dispersas unas de otras, debieron conformar, pues, un mundo relativamente fácil de entender, o al menos mucho más fácil de entender que el de la actualidad.
El día 10 de diciembre de 2024 fue emitida la entrevista al famoso empresario y boliviano más rico del momento: Marcelo Claure, que generó bastante expectativa en la población boliviana, pues hablamos de uno de los personajes más relevantes en el acontecer nacional y también en el ámbito deportivo por su exitosa gestión con el Club Bolívar (de cuyo equipo soy fanático).
El día 10 de diciembre de 2024 fue emitida la entrevista al famoso empresario y boliviano más rico del momento: Marcelo Claure, que generó bastante expectativa en la población boliviana, pues hablamos de uno de los personajes más relevantes en el acontecer nacional y también en el ámbito deportivo por su exitosa gestión con el Club Bolívar (de cuyo equipo soy fanático).
Recientemente, los medios de comunicación informaron sobre la muerte de una adolescente de 16 años debido a un aborto mal practicado en un consultorio privado en la ciudad de Oruro. Lamentablemente no es la primera ni la última vez que ocurre algo así, ya que nuestra legislación penaliza el aborto. Al margen de las causales que permiten su realizan en centros de salud pública, vale la pena reflexionar sobre las circunstancias en las que sucede clandestinamente.
Recientemente, los medios de comunicación informaron sobre la muerte de una adolescente de 16 años debido a un aborto mal practicado en un consultorio privado en la ciudad de Oruro. Lamentablemente no es la primera ni la última vez que ocurre algo así, ya que nuestra legislación penaliza el aborto. Al margen de las causales que permiten su realizan en centros de salud pública, vale la pena reflexionar sobre las circunstancias en las que sucede clandestinamente.
En diciembre, en casi todas partes del mundo, las personas se desplazan de uno a otro lado con el objetivo de retornar al hogar infantil, de reencontrarse con la familia, de participar en la reunión navideña. Como aseguraba mi hija: “no hay mejor hotel que el hotel mamá”.
En diciembre, en casi todas partes del mundo, las personas se desplazan de uno a otro lado con el objetivo de retornar al hogar infantil, de reencontrarse con la familia, de participar en la reunión navideña. Como aseguraba mi hija: “no hay mejor hotel que el hotel mamá”.
GARY A. RODRÍGUEZ
El 7 de diciembre pasado me hicieron feliz al distinguirme como “Economista del Año - Gestión 2024”. ¡Un bálsamo en medio del desierto! En los cinco minutos que me dieron, pude reflexionar sobre varias cosas. He aquí lo dicho:
“Me siento muy honrado y emocionado por la distinción que hoy recibo como Economista del Año. No sé si la merezco, siendo que hay muchos colegas con sobrados méritos para recibir tal reconocimiento, en lugar mío”.
El 7 de diciembre pasado me hicieron feliz al distinguirme como “Economista del Año - Gestión 2024”. ¡Un bálsamo en medio del desierto! En los cinco minutos que me dieron, pude reflexionar sobre varias cosas. He aquí lo dicho:
“Me siento muy honrado y emocionado por la distinción que hoy recibo como Economista del Año. No sé si la merezco, siendo que hay muchos colegas con sobrados méritos para recibir tal reconocimiento, en lugar mío”.
Como me ocurre casi siempre, leí con interés la columna del periodista Juan José Toro. Pero, en esta ocasión, quiero hacer notar una seria discrepancia sobre lo leído en el artículo que publicó Los Tiempos, el pasado jueves 5 de este mes.
Como me ocurre casi siempre, leí con interés la columna del periodista Juan José Toro. Pero, en esta ocasión, quiero hacer notar una seria discrepancia sobre lo leído en el artículo que publicó Los Tiempos, el pasado jueves 5 de este mes.
EDWIN CACHO HERRERA SALINAS
En las últimas semanas, en el marco de la crisis multidimensional, una angustia se ha puesto por encima de otras preocupaciones ciudadanas: el hambre, fruto de la escasez y la elevación de precios del aceite, arroz y otros artículos de consumo diario. El Gobierno ha tenido que recurrir a la confiscación —y todo lo que implica— para evitar que la falta de comida en las mesas de las familias sea el caldo de cultivo para la movilización social.
En las últimas semanas, en el marco de la crisis multidimensional, una angustia se ha puesto por encima de otras preocupaciones ciudadanas: el hambre, fruto de la escasez y la elevación de precios del aceite, arroz y otros artículos de consumo diario. El Gobierno ha tenido que recurrir a la confiscación —y todo lo que implica— para evitar que la falta de comida en las mesas de las familias sea el caldo de cultivo para la movilización social.
JUAN JOSÉ TORO MONTOYA
El director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) de Potosí, Edgar Gonzales, hizo aprehender al periodista Juan Orellana acusándolo de extorsión. Si él estaba en capacidad de probar esa acusación, podía haberlo hecho ante cualquier tribunal, pero eligió la justicia ordinaria y ese es el principal error en este caso.
El director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) de Potosí, Edgar Gonzales, hizo aprehender al periodista Juan Orellana acusándolo de extorsión. Si él estaba en capacidad de probar esa acusación, podía haberlo hecho ante cualquier tribunal, pero eligió la justicia ordinaria y ese es el principal error en este caso.
La ciudad de Santa Cruz acaba de elevar el pasaje a 2,37 bolivianos, pero con el denominado “matacambio” será entre 2,40 a 2,50. Este debe ser nuestro parámetro en Cochabamba. No olvidemos que de facto los transportistas elevaron hace más de cinco años, desde un inicio de 1,80 a 2, el pasaje, con un incremento sin autorización del 11 por ciento.
La ciudad de Santa Cruz acaba de elevar el pasaje a 2,37 bolivianos, pero con el denominado “matacambio” será entre 2,40 a 2,50. Este debe ser nuestro parámetro en Cochabamba. No olvidemos que de facto los transportistas elevaron hace más de cinco años, desde un inicio de 1,80 a 2, el pasaje, con un incremento sin autorización del 11 por ciento.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
La caída del régimen de 50 años de los Assad en Siria demuestra una vez más que las tiranías no son eternas. “¿Es un imperio/esa luz que se apaga/o una luciérnaga?”, dice un haiku de Borges, palabras que vienen a la memoria ante la aparente facilidad con que se dio el derrumbe de esta sangrienta dictadura familiar, que no dudó en usar armas químicas en gran escala contra la población civil.
La caída del régimen de 50 años de los Assad en Siria demuestra una vez más que las tiranías no son eternas. “¿Es un imperio/esa luz que se apaga/o una luciérnaga?”, dice un haiku de Borges, palabras que vienen a la memoria ante la aparente facilidad con que se dio el derrumbe de esta sangrienta dictadura familiar, que no dudó en usar armas químicas en gran escala contra la población civil.