El caso de la elección de Trump es una fuente inagotable de enseñanzas para comprender, también, el fenómeno ya ampliamente reconocido como patético de Evo Morales a quien, nunca lo olvidemos, podemos llamar también el Fraudulento.
Hay un sentido, incluso doloroso para algunos, en que se comprende el triunfo de Trump aceptando que existe esa América de carne y hueso, con una cultura de quinta y caricaturesca, con muchas cosas aborrecibles, todas encarnadas en Trump. Y, sabiéndolo bien, votaron por él. Les gusta(ba) el personaje esperpéntico, con todas sus estupideces, vulgaridades, mentiras, amenazas y bajezas. Si se haría una lista de las estupideces delirantes (“los haitianos se comen a las mascotas de los blancos”) que el nuevo presidente nunca para de ir desgranando, ésta sería perfectamente comparable, salvadas las distancias con el libro Evadas..., que recogía las de Morales.
En un buen artículo de El País, Guillermo Altares se refiere al “corazón oscuro” de EEUU, recordando que siempre hubo un “reverso tenebroso” que ahora mismo sale muy ufano a la luz del día. En ese contexto, cita a Susan B. Glasser del New Yorker, que al saberse los resultados de las elecciones lo dijo claro: “Es una revelación desastrosa sobre lo que Estados Unidos es en realidad, en contraposición al país que tantos esperaban que pudiera ser”.
Stephen Kotkin, un especialista en el stalinismo y política actual, hablaba en términos parecidos en la revista Foreign Affairs al confesar: “Me impaciento cuando leo o escucho a la gente decir sobre Trump: ‘Eso no es lo que somos’. Porque ¿quién es el ‘nosotros’? No me refiero a cuando a Trump lo llaman racista y la gente insiste en que ‘nosotros’ no somos racistas. O cuando a Trump lo llaman misógino y la gente dice ‘nosotros’ somos mejores que eso. Sólo quiero decir que Trump es esencialmente estadounidense”.
Es con el mismo realismo desencantado que debe comprenderse a Evo y sus huestes de seguidores. También ellos son esa parte numerosa e importante del “corazón oscuro” de Bolivia. Ni a Evo ni a sus seguidores les importa(ba) un comino causar enormes daños al país. Que se jodan todos, que aprendan: ese es su estribillo. Carentes de cualquier cultura letrada, simplemente todas las cuestiones legales, institucionales, normativas, estatales, etc, les parecen lejanas abstracciones sin peso.
Palabras como fraude o estupro no se pronuncian, no son más que inventos “de la derecha” —o eso les han dicho. Quizá peor aún: ni el fraude ni el estupro (entre una miríada de otras barbaridades) les dicen nada malo. No menos deplorable que su sintonía con los abusos de su jefe, no olvidemos, es la arrobada complacencia con que éste fue tratado por las burguesías blancas intelectuales.
Para ambos casos y en resumen: ni Trump ni Evo cayeron del cielo en sus respectivos países. Representan a la perfección a gran parte de su población y cultura popular, incluyendo, sobre todo ahora que gracias a las redes esas corrientes se imponen, todas las falsedades, odios y bajezas capaces de alentar en el “alma popular” tal como esta se transforma, además, tras casi dos largas décadas, aquí, mientras los peores hicieron y siguen haciendo de las suyas.
Siendo así las cosas, el camino de Bolivia parece negrísimo: no habrá forma de erradicar el MAS en muchísimos años. Y mientras haya MAS en el poder el país será menos, en todos los órdenes.
Hay, ciertamente, varias hipótesis en relación a lo sucedido la tarde del 26 de junio de 2024. En tres horas y media, termina lo que se inició con “movimientos irregulares de tropas”, la toma del palacio de gobierno, la posesión del nuevo alto mando militar y la instrucción de retiro de tropas de la plaza Murillo, del flamante comandante general.
Hay, ciertamente, varias hipótesis en relación a lo sucedido la tarde del 26 de junio de 2024. En tres horas y media, termina lo que se inició con “movimientos irregulares de tropas”, la toma del palacio de gobierno, la posesión del nuevo alto mando militar y la instrucción de retiro de tropas de la plaza Murillo, del flamante comandante general.
GABRIELA CANEDO VÁSQUEZ
Bajo los slogans de “mi orientación no es tu diversión” o “El orgullo no es moda es una lucha diaria”, varios colectivos que componen la comunidad LGBT+ realizaron la marcha del orgullo como cada fin de junio.
Bajo los slogans de “mi orientación no es tu diversión” o “El orgullo no es moda es una lucha diaria”, varios colectivos que componen la comunidad LGBT+ realizaron la marcha del orgullo como cada fin de junio.
En Sucre, mucha gente, incluidas autoridades, se aprestan a celebrar el aniversario de nacimiento de Juana Azurduy de Padilla el próximo 12 de julio. Lo van a hacer pese a que se les ha advertido, de manera repetitiva, que esa no es la fecha correcta,
En Sucre, mucha gente, incluidas autoridades, se aprestan a celebrar el aniversario de nacimiento de Juana Azurduy de Padilla el próximo 12 de julio. Lo van a hacer pese a que se les ha advertido, de manera repetitiva, que esa no es la fecha correcta,
El manual de procedimientos para el reconocimiento de un año de servicio docente a maestros que desempeñen funciones en el cargo de director encargado de unidades educativas o centros de educación alternativa, fue aprobado mediante Resolución Ministerial (RM) Nº 0390/2024 el 24 de mayo de la presente gestión; no obstante, el 24 de junio (un mes después) se publicó oficialmente mediante el Circular CI/DGAA/UGPSEP-SI Nº 0033/2024.
El manual de procedimientos para el reconocimiento de un año de servicio docente a maestros que desempeñen funciones en el cargo de director encargado de unidades educativas o centros de educación alternativa, fue aprobado mediante Resolución Ministerial (RM) Nº 0390/2024 el 24 de mayo de la presente gestión; no obstante, el 24 de junio (un mes después) se publicó oficialmente mediante el Circular CI/DGAA/UGPSEP-SI Nº 0033/2024.
CARLOS DERPIC SALAZAR
A la edad de 59 años, un infarto cardíaco segó la vida del conocido periodista Cándido Tancara. El director de Brújula Digital, Raúl Peñaranda, contó que, 20 minutos antes de morir, Cándido envió el último artículo que editó para ese periódico digital en demostración de la disciplina que le caracterizaba; previamente habían coordinado sus tareas para el sábado 29 de junio. Según Peñaranda, Tancara no conocía lo que era descansar y tal vez eso tuvo que ver con su partida prematura de este mundo.
A la edad de 59 años, un infarto cardíaco segó la vida del conocido periodista Cándido Tancara. El director de Brújula Digital, Raúl Peñaranda, contó que, 20 minutos antes de morir, Cándido envió el último artículo que editó para ese periódico digital en demostración de la disciplina que le caracterizaba; previamente habían coordinado sus tareas para el sábado 29 de junio. Según Peñaranda, Tancara no conocía lo que era descansar y tal vez eso tuvo que ver con su partida prematura de este mundo.
La más reciente crisis política (cuya naturaleza y alcance aún no se conoce por completo), protagonizada esta vez por el excomandante del Ejército boliviano, ha precipitado el agravamiento de los problemas económicos y develado una vez más las serias contradicciones y debilidades de nuestra institucionalidad estatal.
La más reciente crisis política (cuya naturaleza y alcance aún no se conoce por completo), protagonizada esta vez por el excomandante del Ejército boliviano, ha precipitado el agravamiento de los problemas económicos y develado una vez más las serias contradicciones y debilidades de nuestra institucionalidad estatal.
VERÓNICA ORMACHEA
¿Dónde se ha visto que el presidente de un país instruya a su jefe del ejército que saque tropas y tanques y rodee el palacio de gobierno para subir su popularidad ya que la crisis económica es insostenible?
¿Dónde se ha visto que el presidente de un país instruya a su jefe del ejército que saque tropas y tanques y rodee el palacio de gobierno para subir su popularidad ya que la crisis económica es insostenible?
Nuestros padres nos han enseñado la diferencia entre estar en la casa y salir. El primero un lugar seguro y el segundo potencialmente peligroso. ¿Adónde vas?, ¿con quién estás yendo?, ¿a qué hora vuelves? Son preguntas que todo joven recibe de sus padres al salir, que suelen ser irritantes, pero tienen una buena intención. De hecho, un padre se siente más tranquilo si sus hijos están en el hogar, a la vista.
Nuestros padres nos han enseñado la diferencia entre estar en la casa y salir. El primero un lugar seguro y el segundo potencialmente peligroso. ¿Adónde vas?, ¿con quién estás yendo?, ¿a qué hora vuelves? Son preguntas que todo joven recibe de sus padres al salir, que suelen ser irritantes, pero tienen una buena intención. De hecho, un padre se siente más tranquilo si sus hijos están en el hogar, a la vista.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
A Evo Morales le llevó varios días “desayunarse” la mala posición en que lo dejaba la resolución del incidente militar de la semana pasada, ya que su rival en la interna masista logró posicionarse en el núcleo duro partidario como el “defensor de la democracia” que “no huyó ante el golpe”, un contraste de donde el cocalero sale debilitado y con esperanzas casi nulas de reactivar su candidatura inconstitucional.
A Evo Morales le llevó varios días “desayunarse” la mala posición en que lo dejaba la resolución del incidente militar de la semana pasada, ya que su rival en la interna masista logró posicionarse en el núcleo duro partidario como el “defensor de la democracia” que “no huyó ante el golpe”, un contraste de donde el cocalero sale debilitado y con esperanzas casi nulas de reactivar su candidatura inconstitucional.
Bolivia no puede estar en un peor momento. A la inestabilidad económica y social debe sumarse, ahora, después de más de 40 años, una alarmante fragilidad democrática. Que un general despechado resuelva tomar la plaza Murillo para expresar su malestar personal, ante lo que considera una lealtad no correspondida del presidente, tiene más de tragedia que de comedia, aunque no carezca de lo último.
Bolivia no puede estar en un peor momento. A la inestabilidad económica y social debe sumarse, ahora, después de más de 40 años, una alarmante fragilidad democrática. Que un general despechado resuelva tomar la plaza Murillo para expresar su malestar personal, ante lo que considera una lealtad no correspondida del presidente, tiene más de tragedia que de comedia, aunque no carezca de lo último.