En los últimos días, Bolivia se ha declarado en alerta epidemiológica, frente al sarampión, una enfermedad de la que no se tenían casos desde 2000. Incluso, en 2012, el país había sido declarado libre de este mal por la OMS. Sin embargo, cuatro casos han vuelto a sonar las alarmas en el país. El primero en enero de este año, en la fronteriza población de Bermejo (Tarija). Y los otros cuatro, en la última semana: tres en Oruro y el ultimo en Tapacarí (Cochabamba).
Primera escena, dos amigas se encuentran en una cita pactada. Se ven en el cafecito de siempre, al llegar se saludan contentas, la tarde presagia una charla llena de complicidad y secretos. Piden algo de tomar y acto seguido una de ellas comienza el periplo, su propio viaje a través de la pantalla de su celular e intenta intercalar su atención hacia una conversación que por supuesto es interrumpida por mensajes que llegan a su móvil.
Primera escena, dos amigas se encuentran en una cita pactada. Se ven en el cafecito de siempre, al llegar se saludan contentas, la tarde presagia una charla llena de complicidad y secretos. Piden algo de tomar y acto seguido una de ellas comienza el periplo, su propio viaje a través de la pantalla de su celular e intenta intercalar su atención hacia una conversación que por supuesto es interrumpida por mensajes que llegan a su móvil.
RÓGER CORTEZ HURTADO
Cuando el ministro de Economía clama —con ecos casi bíblicos— que la economía del país “crecerá en demasía si se eliminan las trabas internas”, hay que estar alerta.
Cuando el ministro de Economía clama —con ecos casi bíblicos— que la economía del país “crecerá en demasía si se eliminan las trabas internas”, hay que estar alerta.
La agenda nacional ya está electoralizada, la lucha por el control del partido oficialista y la definición de su candidatura tiene entrampada la gestión de gobierno que ya se encamina hacia la finalización de su periodo constitucional y enfrenta como principal oponente al jefe de su mismo partido.
La agenda nacional ya está electoralizada, la lucha por el control del partido oficialista y la definición de su candidatura tiene entrampada la gestión de gobierno que ya se encamina hacia la finalización de su periodo constitucional y enfrenta como principal oponente al jefe de su mismo partido.
Evo Morales gobernó casi 14 años y quiere ir por más, aunque en ello se lleve al partido y quiebre la unidad que fue característica —aparente— del MAS a lo largo de sus más de dos décadas de historia. Para Morales, la presidencia de Luis Arce era un accidente, necesario, en su retorno tras la huida a México y Argentina en 2019, pero las cosas no siempre salen como se planean, sobre todo cuando de por medio está la más frecuente de las pasiones políticas: la ambición.
Evo Morales gobernó casi 14 años y quiere ir por más, aunque en ello se lleve al partido y quiebre la unidad que fue característica —aparente— del MAS a lo largo de sus más de dos décadas de historia. Para Morales, la presidencia de Luis Arce era un accidente, necesario, en su retorno tras la huida a México y Argentina en 2019, pero las cosas no siempre salen como se planean, sobre todo cuando de por medio está la más frecuente de las pasiones políticas: la ambición.