Contar con un espacio seguro, amigable y cómodo es el principal objetivo de la Unidad Educativa Abriendo Puertas “Paz y Bien” La Casa del Ekeko. Esta institución cumplirá ocho años en esta semana y se alista para encarar una nueva etapa en la que seguirán creciendo como ente educativo, pero sobre todo impulsando la educación en base a las inteligencias del ser humano, según el director y fundador Erick Orlando Massú Barriga.
El camino que ha recorrido Massú junto a su equipo de trabajo muestra una evolución constante que comenzó con la fundación Abriendo Puertas “Paz y Bien” que se enfocó desde 2016 en ayudar a niños y jóvenes en situación de calle, pero también en situaciones de riesgo que puedan prevenir que un menor llegue a las calles.
Tras un arduo trabajo para la reglamentación de la fundación, la misma comenzó a funcionar el 2 de mayo de 2016.
“Ésa es nuestra finalidad, trabajar en la parte educativa, apoyo pedagógico y nutricional principalmente. Entonces teníamos convenios, alianzas estratégicas con algunas instituciones que nos permitían trabajar en este aspecto”, cuenta Massú, que hace énfasis en la autosostenibilidad que buscaron desde el inicio de sus labores.
Fue a raíz de esta necesidad que, de manera paralela a las actividades de la fundación, Massú encabezó la creación de una institución en la que daban cursos y talleres que les permita lograr el financiamiento necesario para continuar con su servicio social. En 2017 decidieron abrir el centro pedagógico y cultural La Casa del Ekeko como institución dependiente de la fundación. El trabajo continuó, sin embargo, la pandemia que se inició en 2019 obligó a un cambio de enfoque.
“Con el tema de la pandemia tuvimos que cesar actividades. Y, claro, como siempre vimos el tema de la educación, como La Casa del Ekeko estaba también guiada a temas educativos, después de la pandemia se hacía desde el centro pedagógico y cultural y se adhiere directamente a nombre de la fundación. Entonces ahí se vuelve uno. Sucede así también porque nuestra población meta que eran los niños trabajadores, se dispersan”, comenta.
Massú detalla que en 2023 continuaron con los talleres y fue en esta gestión que abrieron la unidad educativa en el nivel primario.
“Ahí nace la idea también de la unidad educativa, pero no con una educación tradicional, sino más bien que permita trabajar en base a las inteligencias del ser humano. No todos vamos a ser buenos para algunas cosas, pero sí podemos ser buenos para hacer otras. En la mañana tenemos la educación regular y ya en la tarde estamos con las clases complementarias: pasamos deportes, artes plásticas, idiomas, robótica, música, baile y teatro. Vamos explotando las habilidades que tienen los niños”, asegura.
Massú se afirma en la experiencia que están desarrollando junto a un equipo de trabajo joven, por lo que adelanta que el próximo año abrirán el nivel secundario.
“No ha sido un camino fácil, pero creo que la constancia, la perseverancia y demostrar también que se puede hacer que un espacio sea amigable, seguro y cómodo, porque eso es lo que buscamos. Hacia adelante queremos y vamos a posicionarnos como un centro pedagógico, cultural y deportivo, donde los estudiantes no sientan la pesadez de venir al colegio”, cuenta.
Massú señala que la metodología con la que están trabajando ya ha mostrado sus primeros frutos y es que algunos padres de familia expresan su tranquilidad por la seguridad que experimentan en el espacio, pero también por la afinidad de sus hijos para acudir a clases.