El Gobierno arrancó este fin de semana una pausa de 90 días con el transporte pesado nacional e internacional; ha negociado con un sector de los gremiales mientras que otro, que hace siete días inició una marcha desde Patacamaya, llegó ayer a La Paz con más ruido que nueces; ha logrado un acuerdo con los cooperativistas mineros (que pedían una ley de crédito para el tramo carretero Bombeo-Confital) haciendo que se levante el bloqueo del sector de Sayari en la carretera Oruro-Cochabamba, y finalmente ha relevado al gerente nacional de la Caja Nacional de Salud (CNS), aminorando en algo los conflictos en este sector. Por supuesto, queda el otro problema: el de los médicos que protestan contra la jubilación forzosa y que ingresaron en un paro de 96 horas. Como quiera que el viernes es feriado, se puede decir que no habrá atención médica toda la semana.
Esta es la situación en que el Gobierno ha ido capeando esta semana los conflictos. A primera vista, podría decirse que ha sabido desinflarlos, uno a uno, y que le quedan algunos por resolver. Pero en los hechos, observan los analistas, el Gobierno no resuelve los conflictos, sólo los posterga. Y tarde o temprano, volverán a aflorar. En este contexto es un lujo contar con 90 días de pausa con el sector de transporte, pero pasado este plazo deberá dar respuestas a la demanda de dólares (que por cierto es un problema que lleva ya más de un año de duración) y de la importación de combustibles (que parece ser un problema por tiempo indefinido).
Además, el Gobierno tiene aún a los sectores del ala evista del MAS, que advierten con masificar las medidas de presión para que el Gobierno promulgue el paquete de leyes que fue aprobado en la polémica sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) que presidió Andrónico Rodríguez el pasado 6 de junio.
De allí que el Gobierno está lejos de tener paz y deberá seguir bregando para encontrar soluciones estructurales que comiencen garantizando la provisión de dólares y de combustibles, como primera medida. Ya en segunda instancia se podrán atender las demandas más sectoriales.
Lo importante es tener el sentido de apertura para poder negociar y expresarlo abiertamente a fin de dar mayor seguridad y confianza a sus interlocutores. Es la actitud madura de un gobernante. Del otro lado, están las actitudes que delatan poca seriedad, como el baile del ministro Montaño difundido en TikTok, que lejos de ayudar a la resolución de los conflictos, lo único que hace es provocarlos, soplar la llama que se apagaba. Ya hubo reacción de parte de los dirigentes transportistas al respecto. Escaso tacto el del Ministro. Es necesario abrir espacios de diálogo, no de provocación.