La filosofía política enseña que las más notables contradicciones son las contradicciones secundarias y las antagónicas, no corresponde ingresar en el detalle, sólo diremos que las contradicciones no antagónicas o secundarias son aquellas que pueden resolverse de una o de otra manera, mientras que las antagónicas cierran totalmente las puertas a la reconciliación, es “hasta la muerte”.
Tanto se habla de la división del MAS, que es oportuno señalar que las contradicciones existentes en el llamado “instrumento” no son antagónicas. La pugna ahí es solo por el Gobierno, por el usufructo, por las pegas, no es por el poder, porque el verdadero poder está en manos del Nuevo Orden Mundial (NOM), poder mundial del que dependen ambas fracciones, evistas y arcistas incluyendo al remedo de oposición. Por eso, en cuanto estos bandos tienen intereses mutuos sobre determinado asunto, o se ven en común riesgo, inmediatamente se unen y luego proseguirán sus disputas, seguirán insultándose, hasta podrán poner en riesgo la libertad y aun la vida de sus “hermanos”.
Mientras ambos sectores sigan abrazando la ideología del socialismo del siglo XXI, mientras sigan dependiendo del Foro de San Pablo, del Grupo Puebla, se continúe teniendo por socios a los supuestos “socialistas” de Venezuela, Brasil, Nicaragua, Argentina, México, etc., se siga recibiendo órdenes y asesores de Cuba y se prosiga entregando los recursos naturales a la China, sus contradicciones serán siempre no antagónicas. Podrán ser “arcistas”, “evistas” o incluso pseudo “opositores” y la cosa no variará.
Y a este último propósito corresponde inquirir ¿por qué no existe una real oposición?
En Bolivia existe una sola clase dominante que está dividida en dos oligarquías: la relativamente antigua, radicada fundamentalmente en el oriente y la nueva, concentrada en los interculturales, mineros cooperativistas y grupos prominentes de la economía informal.
Estas dos oligarquías se desarrollan dentro de una singular economía mixta compuesta por la combinación de las economías formal e informal, teniéndose que muchas veces la economía formal emerge de la informal mediante el conocido lavado de dinero. Esta economía mixta es la que supera a la tradicional economía nacional extractivista, convirtiéndose en colchón económico que sustenta la actividad del Estado fallido, siendo entendible que la economía informal no cursa en los registros estatales ni internacionales.
Es evidente que existen pugnas entre ambas oligarquías, pero éstas no son antagónicas, no inciden en el fondo de lo económico, “la sangre nunca llega al río”, consecuentemente esta unitaria clase dominante requiere de un partido que satisfaga los intereses comunes de sus dos oligarquías y ese partido, a pesar de todo, es el MAS, en cualquiera de sus vertientes.
De ahí viene la debilidad de la llamada oposición, que por no representar a ninguna clase social o sector de la sociedad queda en estado parapléjico, constituyendo simplemente un elemento de reserva oligárquica para el caso en el que falle algo en la existencia o acciones del MAS, por lo que se encuentra ubicada en el banquillo de reserva, como en el caso de la aprobación de la Ley del Oro o la designación del Defensor del Pueblo, que al no contar el oficialismo —dividido secundariamente— con la suficiente cantidad de votos, es la “oposición” que le provee dichos votos faltantes con el agradecido reconocimiento económico del caso
Por eso nada nuevo que interese a la estructura social saldrá de esta reyerta masista.