La falta de agua para consumo comenzó a agravarse en varios municipios del valle alto, situación que obligó a racionar la dotación en los centros urbanos y en las comunidades rurales. En la región también se perdieron al menos 150 hectáreas de tierras agrícolas en Punata y San Benito por la crisis hídrica, de acuerdo a los productores.
Frente a ello, desde de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) se sugirió priorizar la ejecución de dos proyectos de transvase: Kewiña Khocha y Q’omer Khocha para mitigar los efectos a largo plazo.
El déficit obligó a reducir la distribución del agua de dos a tres días en la semana en horarios específicos, según el responsable de Desarrollo Productivo de San Benito, Gonzalo Claros. Ante la escasez, el municipio declaró desastre y busca una solución a largo plazo debido a que la sequía se ha vuelto un problema latente en el valle alto.
La crisis hídrica se agudizó hace siete años tras el cierre de compuertas de la laguna Robada, informó el dirigente de los regantes, Guido Rodríguez. El embalse se encuentra en el distrito de Aguirre en Sacaba y es motivo de disputa luego de que los comunarios de la zona resolvieron no permitir más el desfogue de agua para riego al valle alto, pese a la existencia de una sentencia constitucional del 2018 que instruye el uso compartido.
Rodríguez mencionó que los productores dejaron de cultivar varias especies de maíz y diferentes hortalizas porque los pozos que se perforan en las comunidades no abastecen y las lluvias sólo permiten sembrar una vez al año forraje para el ganado.
Precisó que el conflicto perjudica a al menos 500 familias, quienes se limitan a producir en parcelas pequeñas con pozos perforados con caudales mínimos, mientras el resto de sus tierras se deteriora o se venden barato.
“En la mayoría de los casos se hizo excavaciones para de alguna manera regar, aunque unos mil metros con aguas subterráneas, eso está provocando una sobreexplotación de pozos con caudales que no llegan ni a cinco litros por segundo”, puntualizó.
Diagnóstico
La problemática de la falta fuentes de agua y sus alcances quedó en evidencia en un diagnóstico realizado por la UMSS, la organización Water For People, la Gobernación, la Asociación de Ingenieros de Saneamiento Básico, Unifranz y otras instituciones en el marco de la elaboración del Plan Departamental del Agua.
El investigador de la UMSS, Fernando Salazar, dijo que en las visitas a las comunidades se constató que el agua para consumo no abastece, por lo que el riego es inviable.
“En las planicies con los pozos es fenómeno de reemplazo increíble, las comunidades se están peleando, los poceros de agua potable están en conflicto con los de riego, se rompen los acuerdos de 200 a 300 metros de distancia, hay una competencia como de caníbales”, complementó.
La UMSS pide priorizar la ejecución de represas y proyectos a largo plazo
El investigador de la UMSS, Fernando Salazar, exhortó a las autoridades municipales y actores de la sociedad civil conformar un comité para impulsar la ejecución del transvase Kewiña Khocha y Q’omer Khocha, dos proyectos a largo plazo. La urgencia de concretar las obras se debe a que se prevé que en 2030 y 2040 el valle alto no está en condiciones de cubrir la demanda de agua para consumo para la población por la pérdidas de fuentes, según el investigador.
Las proyecciones fueron socializadas con los actores durante la entrega de los resultados de la consulta comunitaria aplicada en 15 municipios para conocer la situación en la que se encuentran los recursos hídricos.
Salazar aseveró que la crisis que vive esta región del departamento incide en el acceso a salud y educación, porque si no existe agua para consumo en los hogares la escasez es alarmante en las escuelas, porque en algunas solamente se cuenta con dos baterías de baño sin para cientos de escolares.
Los alcaldes y concejales se comprometieron a agilizar las gestiones para concretar los proyectos. Desde la Gobernación se informó que la resistencia de pobladores de Tiraque frena la ejecución del proyecto de Q’omer Khocha.