Políticos y analistas plantearon ayer, tras el discurso del presidente Luis Arce sobre la situación económica del país, la necesidad de adoptar medidas urgentes para enfrentar la crisis por la escasez de dólares y combustibles. Entre las acciones sugeridas a corto plazo figuran la modificación de la política de subvención a los hidrocarburos y la implementación de cambios normativos para incrementar la producción y atraer inversión privada.
El domingo por la noche, el presidente Arce expuso, durante aproximadamente una hora, las causas del complejo escenario que atraviesa Bolivia, destacando entre ellas la falta de inversión en la exploración de nuevos yacimientos de gas natural, lo que ha provocado una caída en la producción.
Asimismo, Arce presentó una lista de acciones orientadas a reactivar la economía, como la exploración de nuevos campos y el plan de industrialización con sustitución de importaciones. Sin embargo, las fuentes consultadas para este artículo expresaron sorpresa ante la ausencia de medidas que generen un impacto inmediato, y señalaron que no se abordaron temas cruciales, como la subvención a los combustibles o la apertura a la inversión privada.
El senador del ala arcista Santos Ramos dijo que la eliminación de la subvención debe ser gradual y focalizada en sectores que se han beneficiado significativamente de esta política y que tienen la capacidad de asumir esos costos. “La subvención hay que levantarla poco a poco. Si lo hacemos de golpe, afectará a la población. Debemos empezar con las grandes empresas: transporte, minería, industria y agroindustria”, explicó.
En cuanto al plan de industrialización con sustitución de importaciones, Ramos enfatizó la importancia de una planificación adecuada para evitar la construcción de “elefantes blancos”, en alusión a proyectos sin viabilidad que dejó el anterior gobierno. “Se crean industrias, pero no se toma en cuenta la disponibilidad de materia prima”, agregó.
Durante su discurso, Arce mencionó que las plantas de biocombustibles que el Gobierno está construyendo sustituirían hasta un 60 por ciento de las importaciones de diésel fósil para 2026 y que, si el sector privado se suma al esfuerzo, se podría alcanzar hasta un 90 por ciento de sustitución.
Por su parte, el exsenador del MAS Fidel Surco propuso un cambio en el modelo económico. “El Presidente es consciente de esto y seguramente será tratado en grandes cumbres sociales. (...) La base del nuevo modelo debe centrarse en el tema energético, los hidrocarburos, el litio, tierras raras y otras materias primas”, manifestó.
Surco también destacó la necesidad de modernizar las normas bolivianas para aumentar la productividad, lo que incluiría la autorización de transgénicos en la producción agrícola y el incremento de la inversión privada en el sector hidrocarburífero.
Analistas lamentaron que el discurso de Arce haya reiterado puntos ya planteados en años anteriores por “opinadores” descalificados por el Ejecutivo. Raúl Velásquez, de la Fundación Jubileo, señaló que “hace más de una década” se viene advirtiendo que la política hidrocarburífera es altamente rentista y no promueve la producción ni incentiva la inversión privada.