Manfred Reyes Villa no quiere ser relacionado con los políticos de oposición como Carlos Mesa, Jorge Tuto Quiroga o Samuel Doria Medina, pero tampoco pretende ser ligado con el "arcismo". Ha decidido abrirse camino de forma separada y buscar el apoyo con una estrategia distinta.
Si bien comenzó diciendo que no tiene nada contra los políticos tradicionales, luego vaticinó que será blanco de una guerra sucia con miras a los comicios de 2025. "Yo voy a ser objeto de guerra sucia. Todos contra Manfred. Esta megacoalición que se ha formado en Santa Cruz, la gente del MAS... Todos contra Manfred".
De esa forma, Reyes Villa descartó ser el candidato "camuflado" del presidente Luis Arce o tejer algún tipo de alianza futura con el masismo. "¿Cómo podría ser aliado de un Gobierno que tanto daño me ha hecho? El actual Presidente y el expresidente (Evo Morales) son masistas. He tenido que estar 11 años fuera de Bolivia ¿Cómo podría yo ser parte de ellos? ¿Por qué me dicen aliado de Arce? Porque yo digo que se aprueben los créditos".
En el universo del fútbol, pocas cosas sorprenden más que la pasión de una hinchada. En Bolivia, esa pasión parece impermeable incluso tras la derrota 6-0 ante Argentina, el campeón del mundo, al menos por ahora. Mientras en gran parte del mundo las burlas se multiplican y se habla de un “golpe de realidad” para la Verde, en Bolivia increíblemente el ánimo sigue en alto.
Como cualquier otro día, el papá de Andrés llegó borracho en la noche. Después de pegar a su esposa, decidió entrar a dormir al cuarto de Andrés, quien en ese entonces tenía 6 años. No era la primera vez que pasaba eso, pero Andrés no comprendía lo que ocurría. Se trataba de su padre, quien se supone que lo amaba más que a nada en el mundo y estaba para protegerlo.
Como cualquier otro día, el papá de Andrés llegó borracho en la noche. Después de pegar a su esposa, decidió entrar a dormir al cuarto de Andrés, quien en ese entonces tenía 6 años. No era la primera vez que pasaba eso, pero Andrés no comprendía lo que ocurría. Se trataba de su padre, quien se supone que lo amaba más que a nada en el mundo y estaba para protegerlo.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
Bolivia comenzó un ciclo de inestabilidad política en el año 2000 con la llamada “Guerra del Agua”, proceso que luego continuaría con la “Guerra del Gas”, llevando al derrocamiento de un gobierno democrático y constitucional, e iniciando la era de regímenes masistas que se extiende hasta la actualidad, etapa caracterizada por el sistemático desmontaje de la institucionalidad republicana.
Bolivia comenzó un ciclo de inestabilidad política en el año 2000 con la llamada “Guerra del Agua”, proceso que luego continuaría con la “Guerra del Gas”, llevando al derrocamiento de un gobierno democrático y constitucional, e iniciando la era de regímenes masistas que se extiende hasta la actualidad, etapa caracterizada por el sistemático desmontaje de la institucionalidad republicana.
El pasado 4 de octubre, la Calificadora de Riesgo S&P Global Ratings ratificó la evaluación negativa de Bolivia en CCC- una de las más bajas de su ranking, y advirtió sobre un menor crecimiento, riesgos en la estabilidad económica y monetaria, caída en producción de hidrocarburos, y dificultades para llevar a cabo políticas fiscales expansivas.
El pasado 4 de octubre, la Calificadora de Riesgo S&P Global Ratings ratificó la evaluación negativa de Bolivia en CCC- una de las más bajas de su ranking, y advirtió sobre un menor crecimiento, riesgos en la estabilidad económica y monetaria, caída en producción de hidrocarburos, y dificultades para llevar a cabo políticas fiscales expansivas.
Se puede tocar fondo políticamente y es normal porque los ciclos son temporales. Si damos un vistazo rápido a lo que pasó en Bolivia y el mundo nos daremos cuenta de que todo está sujeto a la caducidad, por más que sus protagonistas en muchos casos hayan querido aferrarse al pasamanos siempre resbaladizo de la historia.
Se puede tocar fondo políticamente y es normal porque los ciclos son temporales. Si damos un vistazo rápido a lo que pasó en Bolivia y el mundo nos daremos cuenta de que todo está sujeto a la caducidad, por más que sus protagonistas en muchos casos hayan querido aferrarse al pasamanos siempre resbaladizo de la historia.